Cuaresma 2025

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La Cuaresma es un momento de reflexión que llama a convertirnos y volver a Dios; es un tiempo apropiado para purificarnos de las faltas; es un tiempo para creer, es decir, para recibir a Dios en nuestra vida y permitirle “poner su morada” en nosotros, y esta conversión que se logra mediante una buena confesión de los pecados.
El ayuno, la oración y la limosna, tal como los presenta Jesús en su predicación, son las condiciones y la expresión de nuestra conversión. En este tiempo de Cuaresma, acoger y vivir la verdad que se manifestó en Cristo significa ante todo dejarse alcanzar por la palabra de Dios.
Para llegar preparados y limpios interiormente a la Semana Santa, te explicamos en qué consisten estas prácticas:
•    Ayuno: No solo de comida y bebida, sino también de nuestro egoísmo, vanidad, orgullo, odio, pereza, murmuraciones, malos deseos, venganza, impureza, ira, envidia, rencor, injusticia, insensibilidad ante las miserias y necesidades del prójimo.
•    Limosna: No solo material, sino prestar ayuda a quien la necesita, enseñar al que no sabe, dar un buen consejo a quien lo pide, compartir alegrías, repartir sonrisa, ofrecer nuestro perdón a quien nos ha ofendido.
•    Oración: Sin oración, tanto el ayuno como la limosna no se sostendrían; caerían por su propio peso. En la oración, Dios va cambiando nuestro corazón, lo hace más limpio, más comprensivo, más generoso. La oración es generadora de amor e induce a la conversión interior.
Nuestras comunidades a lo largo del país se han preparado junto a sus feligreses para esta importante fecha comenzando con la Parroquia Santísima Trinidad en Copiapó.

También nuestra Iglesia San Vicente de Paúl en la Alameda tuvo gran asistencia de feligreses.

Siguiendo todas las indicaciones de la liturgia, a las 19 horas se inició la celebración, en cuya homilía el párroco nos invitó a buscar la conversión, de acuerdo al objetivo y significado del tiempo cuaresmal y apoyándonos en las prácticas propias de este tiempo: la caridad, la oración y el ayuno, pero teniendo en cuenta las indicaciones de Jesús: que no sean acciones externas y con el fin de aparentar, sino más silenciosas y efectivas.

Luego, todos los presentes recibieron las cenizas, las que fueron colocadas por el celebrante y por dos ministros laicos.

Al final de la celebración, cada participante pudo levar su alcancía para la Cuaresma de Fraternidad. Parroquia San Vicente de Paúl – Valparaíso. 

El Santuario de la Medalla Milagrosa. Ha iniciado este tiempo de cuaresma, con el miércoles de ceniza, con una hermosa eucaristía, Presidida por los PP. Fernando Macías, Jorge Maríquez y Danilo Gallardo.
Con el signo penitencial de las cenizas, iniciamos la peregrinación de la Santa cuaresma, en la fe y esperanza. La iglesia, madre y maestra, nos invita a preparar nuestros corazones y abrirnos a la gracia de Dios.
Que este camino nos acerque más a Dios y a nuestros hermanos.

Jesús nos invita a ser generoso con el prójimo, a orar, ayunar, a revisar profundamente nuestra vida, nuestras actitudes y nuestros criterios de comportamientos. Cuaresma es un tiempo de gracia que Dios nos concede como regalo. Parroquia Todos Los Santos – Los Lagos. 

 

El día miércoles celebramos esta importante jornada en la Capilla Nuestra Señora del Carmen de Tijeral y en nuestra Parroquia San Lorenzo de Renaico, contando con una alta participación de feligreses que se congregaron con alegría para vivir la Eucaristía, presidida por nuestro párroco, Cristián Villalón Pérez.

Al finalizar la celebración, se llevó a cabo la entrega de las cajitas de Cuaresma, destinadas a apoyar a nuestros adultos mayores, reforzando así el espíritu de solidaridad y servicio propio de este tiempo litúrgico.

La parroquia San Marcelino Champagnat en La Serena, dio comienzo al Tiempo de Cuaresma con el Miércoles de Ceniza.

Con la celebración del Miércoles de Ceniza se da inicio a un nuevo tiempo litúrgico, la Cuaresma, un momento de reflexión que llama a convertirnos y volver a Dios; un tiempo apropiado para purificarnos de las faltas; un tiempo para creer, es decir, para recibir a Dios en nuestra vida y permitirle “poner su morada” en nosotros.

Durante este día, los fieles asisten a misa que fue precedida por el padre Misael, donde asistió una gran concurrencia de feligreses, para recibir la ceniza en la frente en forma de cruz, un símbolo de penitencia y reflexión sobre la fragilidad de la vida humana.

La bendición de la ceniza es un momento muy especial y simbólico. El sacerdote bendice las cenizas, que son el resultado de quemar las palmas benditas del Domingo de Ramos del año anterior. Luego, los fieles se acercan para recibir la ceniza en la frente, en forma de cruz, mientras el sacerdote dice una de las siguientes frases:

«Conviértete y cree en el Evangelio.»
«Recuerda que polvo eres y al polvo volverás.»

Al término de la eucaristía quedaron disponible las alcancías de este año, para reunir recursos en beneficio a los más pobres de la iglesia. Parroquia San Luis Gonzaga de Collipulli.

Parroquia Nuestra Señora del Carmen del Cerro Bellavista – Valparaíso.

Parroquia San Francisco de Sales en Porvenir.

Misa en la Catedral de Punta Arenas, acompañando misionero Vicentino.

Parroquia Cristo Evangelizador y Solidario – Cerro Navia, Santiago.

Parroquia Santa María Reina, Macul Santiago.

La casa de la Virgen de Éfeso – Descubrimiento Vicentino

La Casa de la Virgen María es un lugar religioso cerca de Éfeso, a siete kilómetros de Selcuk, donde, según la tradición del lugar, el apóstol San Juan, huyendo de la persecución en Jerusalén, llevó a la Virgen María tras la crucifixión de Cristo hasta su bienaventurada Asunción.

La religiosa alemana Ana Catalina Emmerick habría tenido una visión de María, en su casa, sin haber visitado el lugar, cuya descripción fue publicada, posteriormente, por el escritor Clemens Brentano. Desde su descubrimiento a fines del siglo XIX, el lugar es un destino de peregrinos cristianos y musulmanes.

Descubrimiento:

En 1891 los sacerdotes vicentinos  Poulin y Jung del colegio francés de Esmirna creyeron haber encontrado la casa descrita en los libros publicados sobre las visiones de Ana Catalina  Emmerick.  La religiosa Hija de la Caridad sor Marie de Mandat- Grancey  compró el terreno al Estado turco, y los descubridores comenzaron con la reconstrucción de la ruina y la búsqueda de la tumba de Santa María en sus alrededores. La tumba de María no está debido a que ella fue asunta en cuerpo y alma al cielo.

Reconocimiento:

En 1896, tras una consulta hecha por el papa León XIII a los descubridores, éste decidió que la casa era un monumento que debía investigarse. Para que el sitio se transformara en un ámbito de veneración, la Iglesia Católica lo reconoció como lugar oficial de peregrinación en 1951. Concretamente, después de la definición del dogma de la Asunción en 1950, el Papa Pío XII proclamó la casa como «lugar santo» , privilegio que, más adelante, le conferiría, con carácter permanente, el Papa Juan XXIII. Más adelante ha sido visitada por los papas Pablo VI, Juan Pablo II , Benecito XVI y Francisco.

Datos de Sor Marie:

Sor Marie de Mandat-Grancey (1837-1915) era una gran devota de la Santísima Virgen María. Con el tiempo, su devoción la condujo a buscar el hogar de María en Éfeso, en la Turquía de hoy en día.

La tradición nos cuenta que después de que un Jesús agonizante confiara a María al apóstol Juan, ambos se establecieron en Éfeso un tiempo después de la Resurrección. Allí vivieron durante varios años, hasta la Asunción de María al cielo.

El hogar donde vivió se perdió en la historia hasta que sor Marie lo encontró, no sin esfuerzo, para preservarlo.

Marie se crio en una familia noble y entró en la comunidad de las Hijas de la Caridad en 1857.

Su primer destino fue un orfanato francés, donde cuidaba, junto a otras seis hermanas, a 55 huérfanos.

Se convirtió en directora de la Asociación de los Hijos de María y disfrutaba enseñando a los hijos a estar más unidos al Inmaculado Corazón de María. “Sed como María”, les decía sor Marie.

Diez años más tarde, en 1870, durante la guerra franco-prusiana, fue designada superiora en un orfanato a las afueras de París. Fue una época caótica y peligrosa, pero en sus 16 años allí, sor Marie nunca falló a sus huérfanos ni a sus hermanas. Construyó un segundo orfanato y usó sus propios recursos familiares para cuidar de los niños y de sus hermanas.

Entonces, respondió a la llamada del papa León XIII para que misioneros franceses ayudaran en Oriente Medio. En 1886, fue destinada a un hospital francés en Smyrna (ahora Esmirna), en Turquía. El hospital estaba en condiciones deplorables, y sor Marie usó de nuevo los fondos de su propia familia para realizar mejoras para los pacientes y el personal, mientras que ella vivía en la pobreza.

Durante su tiempo en este lugar, leyó a los escritos de la mística alemana beata Ana Catalina Emmerich sobre la vida de la Virgen María y san Juan en Éfeso. Los escritos de Emmerick se basaban en las visiones que había tenido de la vida de María, incluyendo visiones de su casa.

Convencida de que este lugar sagrado debía ser encontrado y honrado, sor Marie empezó una misión con este objetivo. Instó a dos sacerdotes amigos a leer los escritos de la beata Ana y los tres juntos determinaron que la casa habría existido a poca distancia del lugar donde, providencial mente, ellos mismos estaban destinados.

La primera expedición de búsqueda para encontrar la casa de María tuvo lugar en julio de 1891. El grupo, compuesto por los sacerdotes, sor Marie y unos guías, fueron en burro y utilizaron el libro de revelaciones particulares de la beata Ana como mapa. El 29 de julio, creyeron haber encontrado la casa.

Con la orientación de sor Marie, los arqueólogos identificaron las ruinas del hogar del siglo I, con una iglesia del siglo IV construida sobre él.

El 21 de octubre de 1891, sor Marie recibió autorización para adquirir la propiedad a su nombre. Pidió a su padre el dinero necesario para comprar no solo la zona de la casa, sino toda la montaña donde se encontraba. La propiedad fue adquirida el 15 de noviembre de 1892. A continuación, trabajó sin descanso para restaurar la casa y convertirla en un lugar de peregrinación.

Sor Marie permaneció en esta zona, atendiendo tanto a musulmanes como cristianos, hasta su muerte.

Durante la restauración, encontraron tres piedras de la chimenea que se cree fue construida por el apóstol. La piedra angular fue entregada a la capilla de la familia Mandat-Grancey en Francia, como reconocimiento por la vida santa de sor Marie.

La hermana Marie vivió una vida desinteresada, virtuosa, obediente y caritativa. La causa de su beatificación se abrió el 21 de enero de 2011, en la diócesis de Saint Joseph, en Kansas City, Missouri.

FIESTA DE LA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA

El día 27 de noviembre, con gran solemnidad se celebró la fiesta de la Inmaculada Virgen de la Medalla Milagrosa en su Santuario ubicado en calle Venecia 1640 Santiago de Chile.

Cientos de peregrinos durante todo el día fueron llegando a las dependencias del santuario; hubo diferentes eucaristía durante el día: 8:00, 10:00, 12:00, 17:00 y 20:00 horas. Oraciones especiales, rezo del Santo Rosario, Sacramento de la reconciliación con casi 7 sacerdotes atendiendo este sacramento, además brindando Sacramento de la Unción de los Enfermos en la eucaristía de las 17:00 hrs.

Nuestras Hermanas Hijas de la Caridad, Sacerdotes Vicentinos y 2 Diocesanos, comunidad comprometida y alrededor  de 125 de voluntarios.

En todo ese día se manifestó el fervor y fe hacia la Madre del cielo en esta hermosa advocación de la Virgen de los Rayos.