Casa de Valparaíso

LA PARROQUIA SAN VICENTE DE PAUL DE PLAYA ANCHA

 

 Fue el 13 de abril de 1912 cuando el Excmo. Arzobispo de Santiago, Monseñor Juan Ignacio González Eyzaguirre, firmó el Auto de Erección de una nueva parroquia en “ la parte de la ciudad de Valparaíso llamada Playa Ancha”. Los considerandos señalaban que “ es una necesidad sentida por todos los que conocen el aumento que ha tomado aquella  población y que a esto no se opone el Cura del Salvador, antes bien solicita que se le exonere del cuidado de estos feligreses…”

La nueva parroquia recibía la denominación de San Vicente de Paúl y se le daba a este santo por titular. El sector que se le asignaba era el sector de Playa Ancha, que hoy es servido por las parroquias San Vicente, Medalla Milagrosa y Buen Pastor.  En el mismo Decreto, se establecía como iglesia parroquial, un oratorio preparado para el efecto, mientras se construyese la Iglesia que ya estaba proyectada.

La fundación de esta nueva parroquia se vio facilitada por la aceptación de la Congregación de la Misión (Misioneros Vicentinos), en orden asumir la regencia de la misma. Ellos establecían en lo que sería la Casa Parroquial, una “ Casa de la Misión” , cuyos miembros atenderían la parroquia y también algunas misiones populares en lugares cercanos. Con el tiempo también asumirían la Capellanía del Hospital “ El Salvador” , como también la atención espiritual de las Hijas de la Caridad, que a la sazón tenían varias obras en Valparaíso. Era Superior Provincial de los Misioneros Vicentinos y aceptó esta parroquia en nombre de la Congregación, el Padre Mario Fargués, C.M.

El 6 de junio del mismo año, previa presentación del Superior Provincial, el Arzobispo de Santiago nombraba como primer párroco al P. Luciano Bevière, C.M. El día 23 del mismo mes de junio de 1912, se inauguró la Parroquia. El programa contemplaba el traslado en procesión del Santísimo Sacramento, desde la Capilla de la santa Cruz hasta el Oratorio provisional y debía asistir el Gobernador Eclesiástico de Valparaíso. Monseñor Eduardo Gimpert. Sin embargo, el mal tiempo obligó a tener una ceremonia sencilla en la Capilla de la santa Cruz, donde el Superior Provincial dio la bendición, asistido del Cura Párroco de la Matriz, Pbro. Erazo. Este último fue quien leyó el Acta de Erección y presentó al nuevo párroco, P. Luciano Bevière. Junto al Párroco, comenzaban a ejercer como vicarios, los PP. Genaro Marino, C.M. y Egidio Figueroa, C.M.

El 5 de mayo de 1913, el Arzobispo de Santiago decretaba la erección de la Iglesia que se había construido en el sector de “ El Membrillo” , a la que se le asignaba como titular al “ glorioso Apóstol San Pedro”

El 26 de septiembre de 1915, se bendijo la Iglesia Parroquial. Como expresa el Acta levantada en la oportunidad, era Arzobispo de Santiago, Monseñor Juan Ignacio González y Gobernador Eclesiástico de Valparaíso, el Presbítero Eduardo Gimpert, quien bendijo solemnemente y dio por inaugurado el nuevo templo dedicado a san Vicente de Paúl. Era párroco, el P. Genaro Marino. El P. Bevière había sido llamado por su país (Francia) con motivo de la guerra en Europa.

En el año 1936, se construye, en la parte alta de Playa Ancha la Capilla-Santuario de la Virgen de la Medalla Milagrosa, que a partir de 1961 se convertiría en Parroquia.

El 26 de septiembre de 1949, el entonces párroco, P. José Cortés, pedía autorización a Monseñor Rafael Lira Infante, obispo de Valparaíso, para iniciar los trabajos de construcción del frontis del templo parroquial, que consistían en la ampliación en 10 metros del templo, añadiendo un arco y el coro, además del frontispicio, l atorre, el baptisterio y una capilla mortuoria en el subterráneo. Los encargados de esta obra serían los arquitectos Mario Baldasare y Sr. Barisson; el ingeniero Erling Petersen y el maestro de Obras, Carlos Arancibia.

A partir de 1980 se comienza  a constituir la Comunidad de santa Luisa de Marillac, en el sector de calle Santa Marta. Desde 1999 esa Comunidad cuenta con la capilla que han construido con esfuerzo y que aún debe ser terminada.

Durante estos 109 años, una gran cantidad de Misioneros Vicentinos ha servido en esta parroquia, ya sea como párrocos o vicarios parroquiales, sembrando la semilla del reino, en estos barrios porteños, donde también han contagiado a los fieles de un profundo amor a los pobres.