
Desde la emisión de los Votos y hasta 1940 permaneció en la misma Casa de Ñuñoa y ese año fue enviado a la Casa de Playa Ancha -cuando pasaba por una crisis vocacional- y fue puesto bajo la dirección del Padre Manuel Godoy. En esa comunidad y parroquia permaneció hasta su muerte, salvo momentos en que, transitoriamente, prestó servicios en otros lugares.
En la Parroquia San Vicente de Paúl de Playa Ancha prestó servicios, con gran generosidad, sencillez y humildad, ganándose el cariño de sus hermanos, de los fieles de la parroquia y de los vecinos.
Mantuvo la iglesia y la casa de comunidad en las mejores condiciones, reparándolas personalmente, cuando era necesario y posible.
Por años fue el alma de la Fiesta de la Virgen de Luján, que el Padre Godoy había iniciado, trayendo una réplica de la imagen venerada en Argentina.
Por años, también, tomó vacaciones con jóvenes de la parroquia, acampando a orillas del Río Rapel. Varios de esos jóvenes fueron
sus ahijados.

Poco antes de su muerte, producida el 7 de noviembre de 1977, participó con entusiasmo en el acondicionamiento de la casa que la Congregación compró en la calle Pedro León Gallo de Playa Ancha y en la que se instaló el Seminario San Justino de Jacobis, comenzando -en ese momento- la resurrección vocacional de la provincia.