Monseñor Raimundo Revoredo Ruiz, C.M.

Monseñor Raimundo Revoredo Ruiz nació el 28 de diciembre de 1927, en Lima, Perú.  Sus padres fueron Don Raimundo Revoredo Arana y Doña Mariluz Ruiz Paz. Tuvo dos hermanos: Matilde y Fernando.

Ingreso en el Seminario Interno de la Congregación de la Misión, en Tarma, Perú, el 13 de febrero de 1943 (a los 16 años). sus estudios sacerdotales los realizó en Bolivia y en España. Emitió los Votos el 29 de diciembre de 1945. Fue ordenado diácono el 22 de enero de 1950 y presbítero el 29 de junio de 1950, en Tarragona, España.

Entre 1950 y 1952 fue profesor de teología en el Seminario de la Congregación en Espluga, Tarragona, España. Entre 1952 y 1954, fue vicario parroquial en Puerto Sagunto, siempre en España. En 1954 fue destinado a Brooklyn, Nueva York, Estados Unidos, donde ejerció también como vicario parroquial, hasta 1964. En 1964 volvió al Perú, donde ofició de párroco en la Parroquia San Juan de Lima, hasta 1971. en 1968 fue elegido consejo provincial. En abril de 1968 fue nombrado Director Provincial de las Hijas de la Caridad del Perú y en 1978, Vicario Episcopal para la Pastoral de la Arquidiócesis de Lima. En 1980 asume como Director Provincial de las Hijas de la Caridad de Chile. En Chile también fue Consejo y Asistente provincial.

El 25 de Noviembre de 1988 es nombrado por el Papa San Juan Pablo II, obispo-prelado de Juli-Puno, Perú. Su ordenación episcopal tuvo lugar en al Catedral de Juli, el 5 de enero de 1989, de manos del Nuncio Apostólico en el Perú, Monseñor Luigi Dossena. Luego de más de 10 años de ministerio episcopal en Juli, el 29 de mayo de 1999, él mismo anunciaba su renuncia a ese servicio pastoral y la aceptación de la misma por el Santo Padre.

Terminado ese servicio, vuelve a la Comunidad, ejerciendo distintos ministerios, como el de párroco y vicario parroquial. Los últimos meses los vivió en la Enfermería de la Casa Central de Lima.

El miércoles 1 de diciembre de 2021, al mediodía, partió a la «Misión del Cielo». El Visitador de la Provincia, comunicando su muerte, señaló que «Siempre fue ejemplo en su seguimiento de Jesucristo, Evangelizador de los pobres, con un gran testimonio de aceptación de su enfermedad, en los últimos años.»