Nos podríamos cuestionar el por qué seguir esta tradición hoy en día, pues muchos religiosos con votos perpetuos son libres de ir y venir en el mundo. La respuesta es, supongo, que los votos anuales para el servicio de los pobres se han convertido en parte de su identidad y son reconocidos por la Iglesia. Las hermanas esperan cada año la fiesta de la Anunciación, cuando eligen comprometerse de nuevo, y una gran corriente de renovación se extiende por toda la Compañía, en unos 90 países de todo el mundo.
El día 25 de marzo, Día de la Anunciación del Señor, hemos ido a Tomé ( PP. Cristian Villalón y Misael Reyes) para acompañar a las Hijas de la Caridad en su Renovación de Votos.
De igual manera el P. Alberto Torres hizo otro tanto acompañando a la Hermanas de Copiapó, con paseo incluido.
En el Hogar El Atardecer le tocó al P. Pablo González acompañando a nuestras Hermanas vecina en Macul.
Y el P. Fernando Macías fue quien acompañó, muy temprano a las Hermanas de Venecia donde también se unieran las de Huechuraba.
Luego, a medio día, fue la renovación de la Comunidad de la Asunción, donde todas las hermanas mayores renovaron sus votos.
Agradecemos a todas y cada una de nuestras hermanas por su donación y les aseguramos nuestra oración.
Que María de la Medalla Milagrosa las proteja con su manto.