Acuerdo de Escazú: Esperanza para una nueva convivencia ambiental

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A propósito de la Adhesión al Acuerdo de Escazú en Chile, nuevamente tenemos la oportunidad de renovar nuestra conciencia de la deuda que tenemos en nuestro país sobre el tema del cuidado del Medio Ambiente en medio de una crisis climática sin precedentes como lo reflejó la segunda parte del informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, llamado “Cambio climático: Una amenaza para el bienestar de la humanidad y la salud del planeta”.

El cambio climático está provocando una disrupción generalizada en la naturaleza y las estimaciones indican que en las próximas dos décadas, el planeta afrontará peligros climáticos por el calentamiento global. Actualmente, las sequías, el aumento de olas de calor y las inundaciones han superado los umbrales de tolerancia de plantas y animales debido a sus características extremas, que además se producen en simultáneo. En esta línea, el documento alerta sobre el aumento del calentamiento global a 1,5 ºC pudiendo llegar a 2 ºC en algunas regiones, lo que limitará la capacidad de acción. Por ello, se pone énfasis en igualdad y justicia para enfrentar el desafío, además del compromiso político para el potenciar las tecnologías y planes con financiamiento adecuado. Debido a sus características demográficas, Chile es un país altamente vulnerable al cambio climático, generando aumento de las temperaturas, escasez de precipitaciones, sequías, olas de calor, retroceso de glaciares y erosiones de las costas. A ello, se suma que el país se encuentra bajo condiciones de riesgos de desastres, tales como tsunamis, terremotos e incendios. En este sentido, aseguran los expertos, el cambio climático no solo genera problemas de agua o calor, sino que incrementa la ocurrencia de eventos extraordinarios como lluvias intensas, aluviones y otro tipo de amenazas naturales afectando a millones de personas a lo largo del país. Chile se encuentra altamente expuesto a desastres naturales, pues tenemos cerca de cuatro mil kilómetros de extensión que incluyen mar, cordillera, bosques y desierto, en los cuales existen altos grados de desigualdad, deforestación, extractivismo, contaminación atmosférica, desertificación, entre otros”. Lo hemos visto en estos días en las lluvias con aluviones y cortes de ruta en las comunas de Calama y Sierra Gorda, en la tormenta de Arena en la comuna Diego de Almagro y en fenómenos atmosféricos que no son cotidianos.

El Acuerdo de Escazú permite garantizar «derechos de acceso a la información ambiental, participación pública en los procesos de toma de decisiones ambientales y acceso a la justicia en asuntos ambientales, así como la creación y fortalecimiento de las capacidades y la cooperación, contribuyendo a la protección del derecho de cada persona, de las generaciones presentes y futuras, a vivir en un medio ambiente sano y al desarrollo sostenible, además de la Defensa de los Derechos Humanos de los activistas medioambientales. En el mundo político juvenil ha sido transversalmente un tema de relevancia nacional y nos hace recordar que tenemos aún tareas pendientes en esa misma materia, que tendrá que asumir la Nueva Constitución y el nuevo gobierno encabezado por el Presidente más joven del mundo. En Chile particularmente tiene un rostro demacrado por la espera incesante de una voluntad política y social de construir una nueva convivencia que sitúe el cuidado, respeto y defensa del medio ambiente en un lugar prioritario del rol garante del Estado. Actualmente en Chile, hay 127 conflictos socio-ambientales y el sueño de la Constitución Ecológica se hace cada vez más urgente, porque también ha despertado gran interés en la ciudadanía y está siendo relevado por los activistas ambientales y nuestros pueblos originarios como defensores ancestrales y actuales de cada uno de los territorios; presionando a los Constituyentes a que defiendan el medio ambiente. Los jóvenes activistas mayoritariamente han decidido participar en este proceso democrático de creación de una nueva Carta Magna y que está siendo monitoreado desde todo el país con las víctimas de las problemáticas socio-ambientales que viven en carne propia, las injusticias de un crecimiento y progreso voraz, destructivo y no ético sin pensar en la dignidad de las personas, en el respeto irrestricto con el entorno de la naturaleza y las comunidades de los pueblos originarios asentadas ancestralmente en esas tierras.

No queremos más zonas de sacrificio, ya lo hemos vivido con Quintero, Puchuncaví, Coronel, Huasco, Mejillones y Tocopilla. No aprendiendo de las lecciones, se decide aprobar la Termoeléctrica Los Rulos en la Región de Valparaíso y nos hemos enterado de la manipulación de las cifras de las emisiones de CO2 de la Refinería de Paipote en Copiapó, Región de Atacama y la contaminación con las salmoneras, por decir algunos. Sin contar con el famoso “Pandora Papers” que involucra al expresidente con su amigo Délano en el caso tan controvertido por todos los vicios que supone el proyecto Dominga, que está llegando al final de su proceso, con la última definición en las manos de la Corte Suprema que esperamos sea un rechazo definitivo. Además del Proyecto Cruz Grande de CMP y otros proyectos que no se ajustan al cuidado del medio ambiente y la comprobación de que no es sequía, es saqueo del agua, sin contar la contaminación de ríos y lagos, como el derretimiento rápido de glaciares y la falta de agua en sectores urbanos y rurales. Junto con ello, el cuidado y defensa de los humedales y el extractivismo salvaje que asegura megapuertos que producen efectos nefastos en los territorios. Un recuerdo cariñoso a todas las luchadoras y luchadores, activistas medioambientales, que defienden incluso con su vida, arriesgándose, para una mejor vida para todos. Recordamos a Macarena Valdés en el norte, Alejandro Castro y el pescador de Mehuín, Marcelo Vega Cortés, cuyo cuerpo apareció flotando en las aguas del río Lingue, sin contar las amenazas que sufren todos aquellos que alzan la voz, Verónica Vilches de Cabildo y tantos otros. Todos debemos cooperar para hacer de este anhelo, una urgente realidad.
Nunca más sin el Medio Ambiente, la Constitución Ecológica será realidad !!!

Álvaro Tamblay, C.M.

Vicentinos llamamos a defender el medio ambiente y decimos No a Dominga

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Polémica ha causado en todo el país, la aprobación del controvertido proyecto minero y portuario Dominga, en la Región de Coquimbo. Después de dos rechazos anteriores  a esta iniciativa, ahora la Comisión medioambiental de la Región, decide dar luz verde al proyecto. Cabe destacar que esta comisión está integrada por los seremis, funcionarios del gobierno de Sebastián Piñera, quien en el pasado estuvo ligado directamente al mencionado proyecto, con el que -aunque sea indirectamente- hoy sigue involucrado. El mundo científico, técnicos y especialistas del área, los habitantes de la zona, entre pobladores y pescadores, así como como un sin número de organizaciones ambientalistas y de otra índole, miran con preocupación cómo se aprueba un proyecto que carece de garantías técnicas y medioambientales para seguir su curso normal, a días del reporte sobre cambio climático que nos alerta que no hay tiempo para seguir con el modelo de desarrollo actual. En medio de toda esta injusticia ambiental, por lo que representa el impacto de esta aprobación en una de las zonas de mayor biodiversidad del planeta, como también su flora y fauna diversa en toda su expresión. La Región se puso en alerta y salió a las calles a demostrar su descontento, diciendo fuerte y claro: NO A DOMINGA !!!

Los Misioneros Vicentinos, atentos a los signos de los tiempos y a los diversos desafíos sociales del país y frente a toda injusticia, no pueden permanecer indiferentes frente al dolor de toda una región. Para responder más audazmente, como lo señala el Papa Francisco en su encíclica Laudato Si Hoy no podemos dejar de reconocer que un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres”. Además, la Congregación de la Misión en Chile, en su última asamblea provincial y en su proyecto provincial, reafirmó que opta por la defensa y la justicia ambiental, como un signo profético de la misión entre los pobres. Por eso, los vicentinos en La Serena, estamos en la primera línea de mediación y de visibilización de la causa de NO A DOMINGA.

El Padre Rodis Christensen, Visitador de la Provincia, junto a P. Álvaro Tamblay han estado en todas las manifestaciones, trabajando en conjunto con muchas organizaciones medioambientales con las cuales ya se está prestando servicios colaborativos en la organización y promoción de la denuncia del ecocidio, promoviendo la participación en las marchas y movilización nacional pacífica, como también en las asambleas en los territorios junto a todos los actores.

Producto de esta participación, los Vicentinos están instalados en la mediación estratégica junto a otros actores jóvenes donde estarán representados por el P. Álvaro Tamblay,  como miembros oficiales en la Alianza Humboldt, en la Alianza socio-medio-ambiental a nivel nacional, en el Movimiento Laudato Si, ante el Movimiento Católico Mundial por el Clima. En la misma línea, se participará en la Primera Conferencia Local de la Juventud en Chile, que es el espacio oficial de la YOUNGO, constituencia juvenil de la Convención Marco de las Naciones Unidas en el marco de la preparación de la COP26 sobre el cambio climático. De esta manera, se estará generando la incidencia del carisma vicentino en las áreas de protección, cuidado, defensa y visibilización de las problemáticas ambientales de parte de las organizaciones medioambientales dirigidas principalmente por los jóvenes que tienen una gran conciencia por empezar a preparar un futuro más sostenible para las nuevas generaciones. Junto a San Vicente de Paúl, nuestro Fundador, estamos alegres de los servicios que podemos prestar como garantes de la promoción del diálogo a favor de la justicia ambiental, como en la visibilización de las problemáticas medioambientales y sus consecuencias nefastas para la dignidad humana y su entorno natural.

Este miércoles, en la movilización nacional por No a Dominga, estaremos como miembros actores junto a otras organizaciones en la primera línea de la defensa.

Alvaro Tamblay, C.M.

La violencia estructural y económica como alimento de la pobreza medioambiental, a propósito del proyecto Dominga

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La acelerada necesidad de compartir un desarrollo económico y la búsqueda del progreso en la región y en nuestros pueblos pone en medio del debate público, la manera en que se debe conseguir este desarrollo y pone de manifiesto los parámetros éticos que se desprenden de esta acción y su vinculación con el medio ambiente y los territorios. Hoy también la nueva pobreza medioambiental es también parte del clamor de la tierra y de los pobres, como consecuencia relacional de la ley del más fuerte, que pisa al más débil con tal de conseguir su objetivo.

Hoy la violencia económica y estructural, ha generado la mayor desigualdad social y territorial en dichas zonas de sacrificio, incluida la violencia hacia la biodiversidad y los ecosistemas, sin contar con el potencial deterioro de la flora y fauna del lugar, como las especies endémicas y la extinción de hábitats naturales y lugares de conservación para especies. Este pecado ecológico del ecocidio no nos puede mantener indiferentes, no puede dejarnos en un estado de absoluta complicidad, ya que somos la generación que tendrá que dejarles a los demás, un futuro mejor y un mejor planeta a los nuestros y a las comunidades. Este pecado social, hace una escisión entre la búsqueda de la justicia ambiental y la sana convivencia que no se inquieta por nada ni por nadie.

No se trata de obtener desarrollo a cualquier precio. Podemos recordar algunos datos de la zona en cuestión que nos ayudan a cuidar la Casa Común. El proyecto minero, portuario y desalinizadora Dominga quiere intervenir en la zona de mayor biodiversidad del país en la Región de Coquimbo, generando una ingeniería de inmersión en el territorio con un gran generación de empleos, pero la mayor vulnerabilidad será acabar con la zona y hábitats naturales de ballenas, delfines, lobos marinos, chungungos, como también la riqueza de las especies de peces y algas y la gran concentración de la población de Pinguinos de Humboldt, endémicos, que tiene como hábitats, islas donde se realiza conservación, además de la flora y fauna, como los diferentes ecosistemas de todo el territorio señalado.

Por eso hoy, se hace más que nunca necesario entablar una forma de bien común con acento en el desarrollo integral de nuestros territorios con enfoque en el respeto a la biodiversidad y al entorno amable donde se pueda privilegiar como santuario de la Naturaleza. No da lo mismo, que se apruebe o no el proyecto Dominga, por eso hoy queremos con fuerza, poner todo de nuestra parte para que se proteja, se visibilice la riqueza de los ecosistemas y los entornos, junto a comprometernos en el cuidado de los océanos y la riqueza del medio ambiente.

No se puede hipotecar el futuro de este espacio que es único en nuestro país, a las nuevas generaciones; tenemos la oportunidad maravillosa de ser la generación que rescate y cuide para siempre, junto a todos los habitantes de esos sectores, un patrimonio biodiverso para nuestra naturaleza. El verdadero desarrollo y progreso económico tiene un elemento que es humanizador y diría yo, también un elemento de corresponsabilidad natural, ante el peligro que uno de los ecosistemas marinos más fértiles como son las aguas costeras donde se sitúan las reservas marinas de Islas Choros, Isla Damas, Isla Chañaral y la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, de reconocimiento en todo el planeta. Por eso les invito a orar juntos para que este proyecto no se apruebe, por el tremendo impacto que producirá en la vida de los habitantes de la zona y en toda la riqueza marina y biodiversa, como los ecosistemas y entornos naturales. También tenemos que presionar para que la voz de los que siempre se les oculta o presiona, pueda sentirse y escucharse con libertad, además de impulsar y crear una cultura donde todos nos sintamos corresponsables de lo que significa tomar postura por una causa del Reino, la justicia y el amor por nuestra casa Común.

Reafirmando junto al Papa Francisco llamamos la atención: “Estamos asistiendo a una nueva atención y compromiso por parte de muchos estados y actores no gubernamentales: autoridades locales, sector privado, sociedad civil, jóvenes… Esfuerzos destinados a promover lo que podríamos llamar «ecología integral» que es un concepto complejo y multidimensional: exige una visión a largo plazo; pone de relieve la inseparabilidad de la preocupación por la naturaleza, la justicia hacia los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior. Hace que cada uno de nosotros sea consciente de su responsabilidad como ser humano hacia sí mismo, hacia el prójimo, hacia la creación y hacia el Creador”

“No puede haber caridad si no va acompañada de justicia” (SV II, 54 / ES II, 48).

P. Alvaro Tamblay, C.M.