Declaración pública de la Familia Vicentina en Chile

El Consejo Nacional de la Familia Vicentina en Chile, con motivo de la crisis sanitaria, social y económica por la que atraviesa nuestro país, ha emitir¡do la siguiente declaración pública:

 

 

LA FAMILIA VICENTINA EN CHILE

ENFRENTANDO LA CRISIS DESATADA POR EL COVID-19

LA PANDEMIA SANITARIA, SOCIAL Y ECONOMICA

 

Santiago, 16 de julio de 2020. Fiesta de la Virgen del Carmen

 

El Consejo Nacional de la Familia Vicentina en Chile, ante la crisis desatada por la pandemia del Coronavirus, con sus consecuencias económicas y sociales, que afectan especialmente a los más pobres, “nuestros amos y señores”, manifiesta ante los miembros de nuestra Familia y ante la comunidad eclesial y nacional:

  1. Recogemos la herencia que nos legaran San Vicente de Paúl, Santa Luisa de Marillac y los demás santos y mujeres y hombres destacados en nuestra Familia, quienes nos enseñaron a afrontar, a lo largo de la historia, epidemias, pestes, situaciones de guerra, violencia, crisis sociales. Todas estas situaciones fueron enfrentadas por los nuestros, siempre desde el Evangelio, con decisión, valentía, sin temer el riesgo y con una palabra clara, sin temor de incomodar a quienes, desde posiciones de poder y bienestar, pudiesen se comportan en forma egoísta y negligente.
  2. Hay múltiples ejemplos de valentía y proactividad de nuestros antecesores: San Vicente enfrentando a Mazarino, cuando la Guerra de la Fronda; Margarita Nasseau, que muere infectada, por entregar su cama a una mujer con peste; el P. Justino Delaunay, segundo Visitador de Chile, que se esmeró por atender a los heridos de la Guerra del Pacífico y por auxiliar a los infectados por el cólera, a fines del siglo 19.
  3. Cada miembro de la Familia Vicentina ha sentido un deber, durante estos meses, el seguir todas las instrucciones preventivas, para cuidarse a sí mismo y cuidara los demás. No somos ni nos creemos invulnerables y sabemos que hemos de obedecer a la autoridad, porque nadie está exento de ello y todos debemos ser iguales ante la ley. Es un imperativo ético.
  4. A veces las medidas de prevención son tardías e insuficientes. Por eso, sentimos que, muchas veces, es necesario cumplir no sólo el mínimo de la norma, sino ir al óptimo posible. Nos podemos cuidar y podemos cuidar a los demás, más de lo que la norma y los protocolos exigen. Y cuando comiencen a relajarse las medidas, en vistas de una mejoría de la situación, sabremos que siempre debemos ser prudentes e invitaremos a los demás, también con nuestro ejemplo, a ser prudentes.
  5. Somos partidarios de una sociedad solidaria. Por lo mismo, rechazamos cualquier actitud economicista. La economía no puede ser más importante que la salud, la vida y la dignidad de las personas. Nos esforzamos por vivir de acuerdo con este principio y por ser los primeros en asumir una actitud humana, solidaria, cristiana. Desearíamos que la sociedad, que nuestro país y sus autoridades, actuaran movidos por estos mismos principios.
  6. Consecuentes con lo anterior y en la medida de nuestras posibilidades, hemos organizado -en nuestros grupos y a nivel nacional, todos juntos- campañas para ayudar a los más afligidos, por la falta de alimento y condiciones básicas de subsistencia. Continuaremos, mientras sea necesario, nuestra campaña “La luca solidaria”. Sabemos que estas campañas son medidas de emergencia y que siempre serán insuficientes, pero nuestra conciencia nos dice que no podemos permanecer indiferentes ante el dolor de la gente. Sin embargo, entendemos y afirmamos que, la limosna no puede sustituir a la justicia y que, así como los particulares ayudan, el Estado -como tal- debe ayudar en forma oportuna y suficiente, en momentoS de crisis y arbitrar las medidas para que el futuro sea más justo para todos.
  7. Nos encomendamos y encomendamos a nuestro Chile, especialmente a los más pobres y postergados, a la misericordia infinita del Señor, que vino a anunciar la Buena Nueva a los pobres, a vendar los corazones heridos y a inaugurar un tiempo de gracia, de gratuidad, de perdón, de condonación de las deudas, de vida
    Confiamos en la maternal intercesión de la Virgen de la Medalla Milagrosa y en la intercesión e inspiración de nuestros santos, a la vez que nos comprometemos a colaborar eficazmente en la búsqueda de un sistema más justo, que comience con el derrumbe de las estructuras injustas de la sociedad.

 

LA FAMILIA VICENTINA EN CHILE

 

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