Navidad, es navidad
Toda la tierra se alegra
Y se entristece la mar
Marinero, ¿Adónde vas?
Deja tus redes y reza
Mira la estrella pasar
Marinero, marinero haz en tu barca un altar
Marinero, marinero porque llegó navidad.
(José Luis Perales)
Navidad es posiblemente la fecha más estremecedora para todas las personas, no solamente para los cristianos. Todos en el mundo, seamos creyentes o no le damos un significado a este tiempo, en que un niño nos trae la paz. Navidad nos remece, nos conmueve, nos llama a ser mejores personas.
Lamentablemente, muchas veces sea sólo eso: una fecha, un momento en que nos agobiamos por los regalos, la cena, la fiesta… y nos olvidamos del gran motivo de celebración: Jesús, la Buena Noticia.
Muchos viven la Navidad desde la tarjeta de crédito, el endeudamiento, los obsequios. Hay otros para los que la Navidad nunca llega.
Y la Navidad es de todos, la Navidad es para todos.
Jesús se encarna en la historia para restaurar la relación de amor entre Dios y el ser humano. Pero también para restaurar las relaciones entre los seres humanos. Es por eso que, en la mayor parte de los que están en conflicto, en el día de Navidad se decreta un alto al fuego; para que todos puedan alzar sus ojos, mirar al cielo y hacer una breve oración… una acción de gracias, un pensamiento para los que están lejos.
En nuestro mundo hay muchos que no tendrán una buena Navidad. Los presos en las cárceles, los que han perdido un ser querido, aquellos a los que su sueldo no les alcanza para cubrir sus más mínimas necesidades, aquellos que tienen a sus familias en zonas de conflicto y otros que están lejos de los suyos y que no pueden reunirse con sus seres amados.
Y Navidad es de todos, la Navidad es para todos.
María y José se han dispuesto para este nacimiento. Pero como el hombre propone y Dios dispone, el nacimiento los ha sorprendido mientras iban de camino, van a registrarse con motivo del censo decretado por el Emperador. Van a la tierra de José, quien es descendiente de David. El trabajo de parto los sorprende en el camino. Buscan posada en Belén, la pequeña e insignificante Belén, pero para ellos no hay posada. María debe disponerse a parir en un pesebre. Pesebre no es el romántico pesebre que ponemos en nuestros hogares, iluminado y bello. Es un lugar oscuro, hediondo, insalubre. Un espacio donde habitan animales y duermen los pastores. Es el lugar donde están los pobres. Jesús siempre hace una opción preferencial por los pobres.
¡Cuántas María han parido en estos días en la caravana de migrantes que busca llegar al gran país del norte! ¿Cuántas María han parido en las chalupas que cruzan el Mediterráneo desde África, buscando mejores oportunidades! ¡Cuántos José han acompañando ese momento con miedo, esperando que alguien se apiade de ellos! ¡Cuántas María y cuantos José se alegran de recibir a un niño, aunque sus condiciones de vida sean precarias!
Y Navidad es de todos, la Navidad es para todos.
Y hay quienes buscan a este niño para encontrarse con él… y otros para eliminarlo. Los reyes o mejor dicho los sabios de Oriente llegan al palacio de Herodes en busca de aquél que la estrella anuncia. Sabios que buscan la verdad. Herodes se complica, ve en este niño, peligro para su poder. Pide a los sabios que, cuando lo encuentren, le avisen para ir a adorarlo.
¡Cuántos poderosos buscan acabar con Jesús y su buena noticia, con Jesús y su profetismo! Jesús y la esperanza de los pobres. Monsalvo y sus transgénicos, las grandes transnacionales, los que explotan a los niños en India, China, Pakistán y otros tantos lugares especialmente del tercer mundo. El G20 y sus propuestas económicas para asfixiar las naciones más pequeñas. Los ricos y poderosos que no aceptan la opción de Jesús y su anuncio de salvación, la sanación del planeta, la economía solidaria, los Derechos Humanos. Sólo los sabios y prudentes, los que buscan la verdad y la justicia, los que tienen anhelos de respeto por el ser humano… sólo ellos verán a Dios.
Y Navidad es de todos, la Navidad es para todos.
Navidad mueve, inquieta, interpela de distintas maneras. ¿Desde dónde nos posicionaremos para mirarla, para contemplarla, para provocarla en nuestro interior y en la de los demás? Jesús nace para todos, Jesús sigue apostando por nosotros, Jesús sigue confiando en cada uno de nosotros. ¡Feliz Navidad para todos! ¡Qué Jesús siga naciendo en nuestros corazones y en nuestra vida, a pesar de las adversidades. Navidad es de todos. Navidad es para todos y nadie nos la puede arrebatar!
Alejandro Fabres, C.M.