Misa cierre obra Porvenir

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Con la Iglesia repleta de fieles, la Congregación de la Misión puso fin a 11 años de presencia en las Tierras Fueguinas.

Acompañaron al Padre Alejandro Fabres, C.M. Quien ofició como párroco durante estos seis años, el padre Gastón Otárola, Provincial, el padre Fernando Macías, Asistente y el Obispo diocesano, Monseñor Óscar Blanco.

El obispo Blanco agradeció a la Congregación de la misión su presencia en este espacio tan austral. A su vez, el padre Gastón explicó a la comunidad el motivo por el cual la congregación de la misión salía de este espacio. Ambos instaron a rezar y trabajar por las vocaciones al sacerdocio para que haya obreros para la mies.

Finalmente, el padre Alejandro se despidió de su feligresía, dando una cuenta pública de lo que había sido su gestión en estos seis años. Las obras logradas en el plano material, espiritual y social. Agradeció a todos quienes lo ayudaron a ayudar, y se encomendó a sus oraciones, diciendo que «no es un adiós sino un hasta pronto, porque la misión y Jesucristo siempre nos mantendrán unidos».

Finalmente, su comunidad se despidió de él, entregándole varios presentes en representación de las fuerzas vivas de la comuna, la municipalidad, el sindicato del Colegio María Auxiliadora, las comunidades eclesiales y el colegio de profesores entre otros.

Al son de la Canción del Adiós, se concluyó de forma emotiva esta hermosa celebración, que demostró el cariño y la gratitud de los años servidos por el padre Fabres en la Provincia de Tierra del Fuego y de la presencia de la Congregación en dicha zona.

Noticias del Seminario Interno

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El pasado 14 de marzo se realizó el primer «Novinter» donde participaron nuestros hermanos Jeffrey Zúniga y Daniel Vallejos.

Estos son una serie de encuentros promovidos por la CRB (Conferencia de los Religiosos de Brasil), con el objetivo de proporcionar una serie de contenidos relacionados con la vida religiosa, pertinentes a los novicios y novicias.

Además, el Novinter no puede reducirse a una serie de estudios, como en un curso, porque su objetivo va más allá de la formación. Los encuentros de Novinter se organizan con el fin de favorecer la amistad y el conocimiento intercongregacional. Este encuentro se llevó a cabo en Belo Horizonte, Brasil.

Cuaresma 2025

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La Cuaresma es un momento de reflexión que llama a convertirnos y volver a Dios; es un tiempo apropiado para purificarnos de las faltas; es un tiempo para creer, es decir, para recibir a Dios en nuestra vida y permitirle “poner su morada” en nosotros, y esta conversión que se logra mediante una buena confesión de los pecados.
El ayuno, la oración y la limosna, tal como los presenta Jesús en su predicación, son las condiciones y la expresión de nuestra conversión. En este tiempo de Cuaresma, acoger y vivir la verdad que se manifestó en Cristo significa ante todo dejarse alcanzar por la palabra de Dios.
Para llegar preparados y limpios interiormente a la Semana Santa, te explicamos en qué consisten estas prácticas:
•    Ayuno: No solo de comida y bebida, sino también de nuestro egoísmo, vanidad, orgullo, odio, pereza, murmuraciones, malos deseos, venganza, impureza, ira, envidia, rencor, injusticia, insensibilidad ante las miserias y necesidades del prójimo.
•    Limosna: No solo material, sino prestar ayuda a quien la necesita, enseñar al que no sabe, dar un buen consejo a quien lo pide, compartir alegrías, repartir sonrisa, ofrecer nuestro perdón a quien nos ha ofendido.
•    Oración: Sin oración, tanto el ayuno como la limosna no se sostendrían; caerían por su propio peso. En la oración, Dios va cambiando nuestro corazón, lo hace más limpio, más comprensivo, más generoso. La oración es generadora de amor e induce a la conversión interior.
Nuestras comunidades a lo largo del país se han preparado junto a sus feligreses para esta importante fecha comenzando con la Parroquia Santísima Trinidad en Copiapó.

También nuestra Iglesia San Vicente de Paúl en la Alameda tuvo gran asistencia de feligreses.

Siguiendo todas las indicaciones de la liturgia, a las 19 horas se inició la celebración, en cuya homilía el párroco nos invitó a buscar la conversión, de acuerdo al objetivo y significado del tiempo cuaresmal y apoyándonos en las prácticas propias de este tiempo: la caridad, la oración y el ayuno, pero teniendo en cuenta las indicaciones de Jesús: que no sean acciones externas y con el fin de aparentar, sino más silenciosas y efectivas.

Luego, todos los presentes recibieron las cenizas, las que fueron colocadas por el celebrante y por dos ministros laicos.

Al final de la celebración, cada participante pudo levar su alcancía para la Cuaresma de Fraternidad. Parroquia San Vicente de Paúl – Valparaíso. 

El Santuario de la Medalla Milagrosa. Ha iniciado este tiempo de cuaresma, con el miércoles de ceniza, con una hermosa eucaristía, Presidida por los PP. Fernando Macías, Jorge Maríquez y Danilo Gallardo.
Con el signo penitencial de las cenizas, iniciamos la peregrinación de la Santa cuaresma, en la fe y esperanza. La iglesia, madre y maestra, nos invita a preparar nuestros corazones y abrirnos a la gracia de Dios.
Que este camino nos acerque más a Dios y a nuestros hermanos.

Jesús nos invita a ser generoso con el prójimo, a orar, ayunar, a revisar profundamente nuestra vida, nuestras actitudes y nuestros criterios de comportamientos. Cuaresma es un tiempo de gracia que Dios nos concede como regalo. Parroquia Todos Los Santos – Los Lagos. 

 

El día miércoles celebramos esta importante jornada en la Capilla Nuestra Señora del Carmen de Tijeral y en nuestra Parroquia San Lorenzo de Renaico, contando con una alta participación de feligreses que se congregaron con alegría para vivir la Eucaristía, presidida por nuestro párroco, Cristián Villalón Pérez.

Al finalizar la celebración, se llevó a cabo la entrega de las cajitas de Cuaresma, destinadas a apoyar a nuestros adultos mayores, reforzando así el espíritu de solidaridad y servicio propio de este tiempo litúrgico.

La parroquia San Marcelino Champagnat en La Serena, dio comienzo al Tiempo de Cuaresma con el Miércoles de Ceniza.

Con la celebración del Miércoles de Ceniza se da inicio a un nuevo tiempo litúrgico, la Cuaresma, un momento de reflexión que llama a convertirnos y volver a Dios; un tiempo apropiado para purificarnos de las faltas; un tiempo para creer, es decir, para recibir a Dios en nuestra vida y permitirle “poner su morada” en nosotros.

Durante este día, los fieles asisten a misa que fue precedida por el padre Misael, donde asistió una gran concurrencia de feligreses, para recibir la ceniza en la frente en forma de cruz, un símbolo de penitencia y reflexión sobre la fragilidad de la vida humana.

La bendición de la ceniza es un momento muy especial y simbólico. El sacerdote bendice las cenizas, que son el resultado de quemar las palmas benditas del Domingo de Ramos del año anterior. Luego, los fieles se acercan para recibir la ceniza en la frente, en forma de cruz, mientras el sacerdote dice una de las siguientes frases:

«Conviértete y cree en el Evangelio.»
«Recuerda que polvo eres y al polvo volverás.»

Al término de la eucaristía quedaron disponible las alcancías de este año, para reunir recursos en beneficio a los más pobres de la iglesia. Parroquia San Luis Gonzaga de Collipulli.

Parroquia Nuestra Señora del Carmen del Cerro Bellavista – Valparaíso.

Parroquia San Francisco de Sales en Porvenir.

Misa en la Catedral de Punta Arenas, acompañando misionero Vicentino.

Parroquia Cristo Evangelizador y Solidario – Cerro Navia, Santiago.

Parroquia Santa María Reina, Macul Santiago.

La casa de la Virgen de Éfeso – Descubrimiento Vicentino

La Casa de la Virgen María es un lugar religioso cerca de Éfeso, a siete kilómetros de Selcuk, donde, según la tradición del lugar, el apóstol San Juan, huyendo de la persecución en Jerusalén, llevó a la Virgen María tras la crucifixión de Cristo hasta su bienaventurada Asunción.

La religiosa alemana Ana Catalina Emmerick habría tenido una visión de María, en su casa, sin haber visitado el lugar, cuya descripción fue publicada, posteriormente, por el escritor Clemens Brentano. Desde su descubrimiento a fines del siglo XIX, el lugar es un destino de peregrinos cristianos y musulmanes.

Descubrimiento:

En 1891 los sacerdotes vicentinos  Poulin y Jung del colegio francés de Esmirna creyeron haber encontrado la casa descrita en los libros publicados sobre las visiones de Ana Catalina  Emmerick.  La religiosa Hija de la Caridad sor Marie de Mandat- Grancey  compró el terreno al Estado turco, y los descubridores comenzaron con la reconstrucción de la ruina y la búsqueda de la tumba de Santa María en sus alrededores. La tumba de María no está debido a que ella fue asunta en cuerpo y alma al cielo.

Reconocimiento:

En 1896, tras una consulta hecha por el papa León XIII a los descubridores, éste decidió que la casa era un monumento que debía investigarse. Para que el sitio se transformara en un ámbito de veneración, la Iglesia Católica lo reconoció como lugar oficial de peregrinación en 1951. Concretamente, después de la definición del dogma de la Asunción en 1950, el Papa Pío XII proclamó la casa como «lugar santo» , privilegio que, más adelante, le conferiría, con carácter permanente, el Papa Juan XXIII. Más adelante ha sido visitada por los papas Pablo VI, Juan Pablo II , Benecito XVI y Francisco.

Datos de Sor Marie:

Sor Marie de Mandat-Grancey (1837-1915) era una gran devota de la Santísima Virgen María. Con el tiempo, su devoción la condujo a buscar el hogar de María en Éfeso, en la Turquía de hoy en día.

La tradición nos cuenta que después de que un Jesús agonizante confiara a María al apóstol Juan, ambos se establecieron en Éfeso un tiempo después de la Resurrección. Allí vivieron durante varios años, hasta la Asunción de María al cielo.

El hogar donde vivió se perdió en la historia hasta que sor Marie lo encontró, no sin esfuerzo, para preservarlo.

Marie se crio en una familia noble y entró en la comunidad de las Hijas de la Caridad en 1857.

Su primer destino fue un orfanato francés, donde cuidaba, junto a otras seis hermanas, a 55 huérfanos.

Se convirtió en directora de la Asociación de los Hijos de María y disfrutaba enseñando a los hijos a estar más unidos al Inmaculado Corazón de María. “Sed como María”, les decía sor Marie.

Diez años más tarde, en 1870, durante la guerra franco-prusiana, fue designada superiora en un orfanato a las afueras de París. Fue una época caótica y peligrosa, pero en sus 16 años allí, sor Marie nunca falló a sus huérfanos ni a sus hermanas. Construyó un segundo orfanato y usó sus propios recursos familiares para cuidar de los niños y de sus hermanas.

Entonces, respondió a la llamada del papa León XIII para que misioneros franceses ayudaran en Oriente Medio. En 1886, fue destinada a un hospital francés en Smyrna (ahora Esmirna), en Turquía. El hospital estaba en condiciones deplorables, y sor Marie usó de nuevo los fondos de su propia familia para realizar mejoras para los pacientes y el personal, mientras que ella vivía en la pobreza.

Durante su tiempo en este lugar, leyó a los escritos de la mística alemana beata Ana Catalina Emmerich sobre la vida de la Virgen María y san Juan en Éfeso. Los escritos de Emmerick se basaban en las visiones que había tenido de la vida de María, incluyendo visiones de su casa.

Convencida de que este lugar sagrado debía ser encontrado y honrado, sor Marie empezó una misión con este objetivo. Instó a dos sacerdotes amigos a leer los escritos de la beata Ana y los tres juntos determinaron que la casa habría existido a poca distancia del lugar donde, providencial mente, ellos mismos estaban destinados.

La primera expedición de búsqueda para encontrar la casa de María tuvo lugar en julio de 1891. El grupo, compuesto por los sacerdotes, sor Marie y unos guías, fueron en burro y utilizaron el libro de revelaciones particulares de la beata Ana como mapa. El 29 de julio, creyeron haber encontrado la casa.

Con la orientación de sor Marie, los arqueólogos identificaron las ruinas del hogar del siglo I, con una iglesia del siglo IV construida sobre él.

El 21 de octubre de 1891, sor Marie recibió autorización para adquirir la propiedad a su nombre. Pidió a su padre el dinero necesario para comprar no solo la zona de la casa, sino toda la montaña donde se encontraba. La propiedad fue adquirida el 15 de noviembre de 1892. A continuación, trabajó sin descanso para restaurar la casa y convertirla en un lugar de peregrinación.

Sor Marie permaneció en esta zona, atendiendo tanto a musulmanes como cristianos, hasta su muerte.

Durante la restauración, encontraron tres piedras de la chimenea que se cree fue construida por el apóstol. La piedra angular fue entregada a la capilla de la familia Mandat-Grancey en Francia, como reconocimiento por la vida santa de sor Marie.

La hermana Marie vivió una vida desinteresada, virtuosa, obediente y caritativa. La causa de su beatificación se abrió el 21 de enero de 2011, en la diócesis de Saint Joseph, en Kansas City, Missouri.

PRESENTACIÓN DEL LIBRO DEL P. ANDRÉS MOTTO, C.M.

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El sábado 1° de marzo, a las 11.00 hrs., el mismo autor, presentará su libro «Historia de la Congregación de la Misión y de la Familia Vicentina», por medio de la plataforma Zoom.

Todos los que quieran participar encontrarán el ID y el Código en el flyer.

Así vamos conociendo nuestros primeros pasos a la muerte del fundador.

Festival MAPPING

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El recién pasado sábado 25 de enero se vivió una proyección artística y comunitaria en diferentes puntos estratégicos de Valparaíso, que permitió disfrutar a vecinos y turistas de la historia de quienes habitan los cerros Bellavista y Florida, con el fin de recuperar su memoria patrimonial.

Un evento donde se combino tecnología, historia, arte y creatividad.

Este evento fue gratuito fue una experiencia inmersiva que transformaron icónicos, espacios, como nuestra Parroquia Nuestra Señora del Carmen mejor conocida como Iglesia Las Carmelitas, el Ascensor Florida, el Pasaje Prefecto Lazo y el Museo a Cielo Abierto, en lienzos vivos al aire libre de luz, color y memoria.

A través de proyecciones de imágenes históricas y diseños comunitarios, se recuperará la memoria patrimonial de estos cerros, celebrando su historia y espíritu colectivo.

El festival es fruto de una colaboración entre vecinos, artistas locales e internacionales y niños, quienes participaron en talleres interactivos donde crearon y digitalizaron sus propios diseños. Este esfuerzo no sólo remarca la identidad local, sino que también posiciona al arte como una herramienta de unión comunitaria.

El evento contó con la participación especial del músico local Pájaro Provinciano, quien lanzó su nuevo disco desde el balcón de su casa en el Cerro Florida, ofreciendo una fusión entre música y arte visual.

El evento, que recibió el apoyo de Sercotec, logró ser un atractivo imperdible tanto para los porteños como para turistas, consolidando a los cerros Bellavista y Florida como puntos destacados en el panorama cultural y turístico de la región.

Dirigido a personas de todas las edades, el Festival del Mapping ofrece una experiencia inclusiva y accesible que invita a redescubrir Valparaíso a través de su historia, arte y patrimonio. Más de 500 personas se dieron cita para disfrutar de este evento, que cautivo a todos los asistentes.

San Francisco de Sales, amigo de San Vicente de Paúl

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Hoy, 24 de enero, la Iglesia recuerda a San Francisco de Sales, patrón de los periodistas y escritores católicos a cuyo amparo e intercesión la Iglesia confía a todas aquellas personas que se dedican a la noble profesión del periodismo y al oficio de escribir.

La devoción y la defensa de la fe que caracterizaron a este santo y doctor de la Iglesia son puestas como modelo para los periodistas y escritores, cuyo norte debe ser siempre la difusión de la verdad y la edificación de la humanidad.

Desde este portal web gestionado por profesionales del medio, queremos felicitar y enviar nuestra gratitud a todos los compañeros comunicadores que trabajan fielmente al servicio de la verdad y la información, su compromiso, responsabilidad y ética, asumiendo la grandeza de informar, comunicar y establecer grandes lazos con todas la comunidades.

San Francisco y San Vicente de Paúl

En octubre de 1618, Francisco llega por tercera vez a París. Será en esta ocasión, que sepamos con seguridad, cuando Vicen­te de Paúl va a tener la oportunidad de conversar e intimar direc­ta y largamente con el santo Obispo de Ginebra.

La estancia de Francisco en París se prolongará durante todo un año. A este encuentro llega un Francisco de Sales que, según su propia confesión, «ya iba declinando su vida hacia la vejez», pero, sobre todo, llega un obispo que ha plasmado en su vida el modelo delineado por el Concilio de Trento, y un santo que des­borda amor de Dios en el trato personal e irradia ese amor en el corazón de sus interlocutores. Su figura suscita admiración y reconocimiento universal, desde la gente sencilla de su diócesis hasta el grupo elevado de numerosos espirituales que se esfuer­zan por la renovación de la Iglesia en Francia. La misma nobleza y Corte Real se disputan su presencia.

2.1. Encuentro y ternas a tratar

Francisco de Sales llega a París para solicitar la mano de la joven Cristina, hermana de Luis XIII, para el Príncipe del Piamonte, primogénito de su Alteza Carlos Manuel. Hasta entonces, desde 1602, invariablemente el Duque se había opuesto a su pre­sencia en la Corte de París. Ahora, Francisco gozará de todo un año, entre octubre de 1618 y septiembre de 1619, para responder a las solicitudes de quienes quieren escuchar su predicación, recibir sus consejos y orientaciones, charlar y confesarse con él. Entre aquellos a los que el Santo Obispo de Ginebra va a prestar especial atención, figura Vicente de Paúl.

Sin duda, Vicente conocía ya mucho del santo Obispo. La huella que Francisco había dejado en la Corte y en el pueblo de París con sus más de cien predicaciones durante 1602, se mante­nía profunda y activa. Pero, en particular, seguía vivo el rescol­do de su animación espiritual en el entorno del círculo de Madame Acarie. Vicente participaba sin duda de ese aprecio e influjo de la espiritualidad del santo Obispo de Ginebra.

Conocía al Santo Obispo por su doctrina espiritual, amplia­mente divulgada a través de la publicación en 1608 de la Intro­ducción a la «Vida Devota», que, según confiesa el mismo Fran­cisco, «ha sido muy bien acogida en Francia», y seguramente también a través del «Tratado del Amor de Dios», cuya primera edición es de 1616.

Y es probable que lo hubiese tratado personalmente en su época de párroco de Chátillon-les-Dombes, perteneciente a la diócesis de Lyón, a donde Francisco acudía a predicar y donde acababa de establecer el primer monasterio de la Visitación fuera del Ducado de Saboya. Ciertamente las reglas de la Cofradía de la Caridad están inspiradas en la Introducción a la Vida Devota. Además parece difícil explicar la amistad tan íntima y familiar que surgirá de pronto entre los dos santos a raíz del encuentro de París. Sin embargo, carece de fundamento la afirmación de un primer encuentro el año 1602.

Según Pedro Coste, el primer encuentro directo y personal entre Francisco y Vicente de Paúl, al menos en París, tuvo lugar seguramente a finales de diciembre de 1618. Cuando Francisco de Sales llega a París el 10 de noviembre, Vicente de Paúl esta­ba de visita por tierras de Montmirail en compañía de la Señora de Gondi. El intermediario de ese primer encuentro fue proba­blemente Pedro de Bérulle, con quien Francisco de Sales trató sobre la formación del clero. Pero a ese primer encuentro siguie­ron otros más personales, seguramente a través de los señores de Gondi, que se movían en el círculo del ilustre visitante y aprecia­ban sobremanera al señor Vicente. No hay que olvidar que el entonces obispo de París era el Cardenal de Gondi, quien traza­ría un plan para retener a Francisco en París, proponiéndole el nombramiento de coadjutor con derecho a sucesión.

Si tuviéramos que hacer un guión de los coloquios manteni­dos entre los dos santos, anotaríamos los siguientes puntos:

El tema eclesial, especialmente en lo referente a la refor­ma del clero y a la evangelización del pueblo sencillo y la atención a los pobres.

El tema personal, que permite a Vicente compartir con el Santo Obispo sus inquietudes apostólicas y la vocación a la que se siente llamado.

El coloquio y la intimidad espiritual que se establece entre los dos.

2.2. Plena sintonía y gran familiaridad

El mutuo aprecio y familiaridad que surge entre los dos, hace suponer a P. Coste que los dos santos estaban «hechos para comprenderse amarse». En la misma línea se manifiesta Luis Abelly, al considerar la elección que Francisco y la Madre Chan-tal hacen de Vicente para Director del monasterio de la Visita­ción recién fundado en París, a pesar de que «había por aquellos días en París varios sacerdotes sabios, virtuosos y de más edad que el señor Vicente».

En este caso no se trataba sólo de una impresión, sino que res­pondía a la realidad de una relación íntima. Así nos lo confirma­rá Vicente en diversas ocasiones y de forma solemne en la Decla­ración tomada a Vicente el 17 de abril 1628 para la Beatificación de san Francisco. «Muchas veces me honré con el trato de Fran­cisco de Sales», confiesa Vicente. «Añadiré además —continúa—, basándome en el trato familiar con que me honró, que abriendo conmigo su corazón me dijo una vez que, cuando predicaba, se daba cuenta de que alguno le movía interiormente»’.

El nivel de la confianza depositada por Francisco de Sales en Vicente, lo expresa una confidencia que el Santo Obispo le con­fía en presencia de la Madre Juana Francisca Frémiot, viuda de Chantal, que había llegado a París el 6 de abril de 1619, llamada por Francisco para la fundación del nuevo monasterio de la Visi­tación. Les confía el mismo Francisco: «¡Qué bien he humillado a nuestras hermanas, que se esperaban que iba a decir maravi­llas en tan buena compañía!». Se trataba del primer sermón que Francisco predicó al día siguiente de su llegada a París en pre­sencia de la corte y del auditorio más selecto. Este tipo de con­versaciones tan íntimas no eran casuales, sino habituales. En otra ocasión llegó a confesar a Vicente que no podía leer sus pro­pios escritos sin llorar. «Supe de su propia boca por haberlo visto en su trato familiar, que solía derramar lágrimas, cuando repasaba los capítulo de los libros que él mismo había compues­to, pues se daba cuenta de que todas aquellas cosas las había escrito tan excelentemente, no por su propio ingenio, sino bajo la inspiración de Dios». La confianza e intimidad con que le solía tratar el santo Obispo hace exclamar a Vicente en un momento de su Declaración en el proceso de Beatificación: «Sé a ciencia cierta».

Por su parte, la admiración y veneración que Vicente de Paúl llegó a profesar a san Francisco de sales, creció de día en día. «Cuando repaso en mi mente las palabras de este siervo de Dios, excitan tanto mi admiración que me muevo a creer que ha sido el hombre que mejor copió al Hijo de Dios, mientras moró en esta tierra». Llamó especialmente la atención de Vicente la bondad desbordante que transmitía en sus conversaciones perso­nales al hablar del amor de Dios. Esto le hizo exclamar en una ocasión en que repasaba en su interior la idea de la bondad de Dios, que Francisco le había manifestado: «¡Qué bueno eres, Dios mío, cuando tan amable es esta criatura vuestra!».

A Vicente que, según Abelly, «era de natural bilioso y de un temperamento vivo y, por consiguiente, muy inclinado a la cólera», se le grabó en el fondo del alma este modelo. Ya antes se esforzaba en moderar su temperamento, que, además, inquie­taba especialmente a la señora de Gondi, porque pensaba que estaba disgustado por alguna queja contra su casa. Desde el encuentro con Francisco de Sales intensificó este esfuerzo. Nos cuenta Abelly «que la primera vez que lo vio, reconoció enseguida en su aspecto, en la serenidad de su rostro, en la manera de tratar y de hablar una imagen muy clara de la man­sedumbre de Nuestro Señor Jesucristo, que le había ganado el corazón».

Pero también Francisco de Sales, refiere su confesor Miguel Favre, había declarado «que no era dulce tanto por inclinación natural como por esfuerzo”. Más aún, como un día su herma­no, probablemente Juan Francisco, le mostrase su admiración por como había dominado su cólera, el Santo le confesó que «en muchas ocasiones, la cólera le hervía en el cerebro como hierve el agua en un cacharro puesto al fuego, pero que por la gracia de Dios, aunque tuviera que morirse por la violencia que tenía que hacerse para resistir esa pasión… jamás diría una palabra en su defensa».

En el retiro de Soissons de 1621, según asegura P. Collet’, Vicente le rogó a Dios que le cambiase ese temperamento brus­co y le concediese uno dulce y benigno. Poco después, nos dice Jean Calvet, quedó curado por una gracia especial, precisamen­te a la muerte de Francisco de Sales en 1622, como si fuese «la última sonrisa de su amigo’. Ya al final de su vida, confiesa a sus misioneros con evidente humildad: «Hace tanto tiempo que estudio esta lección y todavía no me la he aprendido».

Lo que el mismo Vicente recomienda al P. Codoing, es que desconfíe de los fervores naturales, ya que el espíritu de Dios procede con suavidad y con toda humildad. Y le confirma que, al comienzo de proyectar la Misión, hizo expresamente un retiro en Soissons por ese motivo, y añade: Dios quiso escucharme.

José Mª López Maside,

CEME, 2008

Carta del Santo Padre por el 400 aniversario de nuestra Congregación

El Santo Padre Francisco ha hecho llegar al superior general y a toda la Congregación, la siguiente carta, con motivo de los 400 años del contrato de fundación de la Congregación de la Misión.

«Rezo para que este 400 aniversario sea ocasión de alegría y de renovada fidelidad para la visión del discipulado misionero, basado en la imitación del amor preferencial de Cristo por los pobres» 

Papa Francisco

5 puntos importantes de reflexión:

1. RENOVAR LA FIDELIDAD A LA VISIÓN MISIONERA

2. INSPIRACIÓN PARA QUE LOS JÓVENES CONSTRUYAN UN MUNDO MEJOR

3. MISIÓN Y FORMACIÓN DEL CLERO

4. IMPORTANCIA DEL SERVICIO A LOS MÁS NECESITADOS

5. IMITAR EL AMOR PREFERENCIAL DE CRISTO POR LOS POBRES

 

 

40 años de la firma del tratado de paz y amistad entre Chile y Argentina

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El viernes 29 de noviembre junto a autoridades civiles y militares y parte de la feligresía de nuestra comunidad en Porvenir se reunieron para celebrar la Eucaristía y recordar este hito histórico que vivimos entre Chile y Argentina, con la mediación de la Santa Sede y que evito una confrontación entre ambas naciones.

Cabe destacar que para la provincia de Tierra del Fuego está situación fue patente de muchas formas. Aún hoy se mantiene en el recuerdo de muchos el sonido de algunas sirenas, los tiempos de oscuridad que se debían realizar y la llegada del contingente militar. Aún están como huella perenne en el tiempo las trincheras cavadas en las cercanías de lo que había sido la escuela agrícola «Las Mercedes». Todo esto recordamos en la Eucaristía celebrada dónde pedimos a Dios y a su madre santísima que nos ayude a hacer prevalecer la paz y buscar siempre el diálogo y el entendimiento como formas de encuentro. Más aún en esta zona del país donde la cultura patagónica fusiona a ambos países y los hace ser hermanos con historia y costumbres comunes. Ojalá estos hechos queden en el pasado y nunca más vivamos la incertidumbre de una posible guerra, con el dolor que esto ocasiona en tantas personas.

 

Pier Giorgio Frassati elevado a los altares

Pier Giorgio nació en Turín en 1901 en el seno de una rica familia burguesa:

Su padre Alfredo, senador liberal, periodista, propietario del periódico «La Stampa», amigo íntimo de Giolitti, del que fue enviado a Berlín como embajador de Italia; su madre era una pintora muy reconocida: El rey de Italia, Víctor Manuel III compró uno de sus cuadros expuestos en la Bienal de Venecia. El clima que se respiraba en la casa de Frassati no era en algún modo una «atmósfera de fe», pero el Señor supo cómo abrirse camino en los corazones de las personas dispuestas a escucharlo.

El sistema familiar se combate desde dentro

Pier Giorgio rechazaba el tipo de vida que se conducía en casa y también se sentía a disgusto en la clase social a la que pertenecía; además, la fe era un elemento más de forma que de sustancia. Compartió su infancia con su hermana Luciana, apenas un año más joven, su única confidente en cuanto comenzaron a emerger los contrastes cada vez mas frecuentes con mamá y papá. Por si fuera poco, Piergiorgio no era un gran estudiante, pero logró entrar al Instituto Social de los Padres Jesuitas y luego, después del bachillerato, se inscribió en Ingeniería Mecánica con especialidad minera para estar cerca de los mineros, considerados entonces los más explotados entre los explotados. En esas difíciles condiciones familiares, de todos modos Pier Giorgio decidió quedarse en casa, junto a su familia, para poder ejercitar su grande empeño social y su caridad a los pobres, su amor a la oración y a la eucaristía, que superaron con creces su escasa dedicación al estudio. Desafortunadamente, no alcanzó a obtener en vida su título de ingeniero y sólo hasta el 2002 le fue concedido «honoris causa».

El Papa Francisco lo anunció el 20 de noviembre, al final de la Audiencia General, suscitando un atronador aplauso en la plaza de San Pedro, abarrotada por miles de fieles cobijados bajo los paraguas. Entre ellos, también algunos niños del comité organizador de un gran evento que se celebrará en el Vaticano el 3 de febrero: el Encuentro mundial de los Derechos de los Niños, titulado «Amémoslos y protejámoslos», en el que participarán expertos y personalidades de distintos países.

El Papa lo anunció también al final de la audiencia de ayer, Día Internacional de los Derechos de la Infancia de de la Adolescencia, y también esta noticia fue acogida con fuertes aplausos y un entusiasmo inesperado, con el grupo de niños corriendo desde la primera fila del parvis hacia el palco del Pontífice para saludarlo y darle las gracias.

“Será una oportunidad para encontrar nuevas formas de socorrer, proteger a millones de niños aún sin derechos que viven en condiciones precarias, son explotados y maltratados y sufren las consecuencias dramáticas de las guerras”, afirmó.

Las canonizaciones

El pequeño Francisco («¡Te llamas como yo!», exclamó el Papa) y todos los demás estrecharon la mano del Pontífice y se hicieron una foto juntos. Al final del extra programa, el Santo Padre, pensando todavía en los pequeños, hizo el anuncio de las dos canonizaciones:

“Quiero decir que el año que viene, en el Jornada de los Adolescentes, canonizaré al beato Carlo Acutis, y en la Jornada de la Juventud, el año que viene, canonizaré al beato Pier Giorgio Frassati”.

Dos santos «jóvenes»

Frassati, considerado uno de los santos «sociales» de Italia. Miembro de una familia acomodada, dedicado a la oración y a los más débiles, era también un buen deportista: «Un alpinista… tremendo», le llamó Juan Pablo II, que quiso beatificar a este «chico de las ocho Bienaventuranzas» en 1990. Ahora, otro Pontífice, de origen piamontés, lo eleva a los honores de los altares en un año dedicado a recuperar la esperanza. La que tanto Acutis como Frassati predicaron, no con palabras, sino con sus vidas.

Está noticia llena sin duda alguna de alegría a toda la familia vicentina y nos motiva a seguir orando y creciendo día a día en la fe.