Fallece Sor Kathleen Appler, Superiora General de las Hijas de la Caridad

publicado en: Familia Vicentina, Noticias, Provincia | 0

A las 7 de la mañana de hoy, en la Casa Madre en París, falleció apaciblemente, sor Kathleen Apple, Superiora General de las Hijas de la Caridad. Ayer había recibido la Santa Unción, rodeada por las Hermanas que conforman el Consejo General.

Nacida en Utica, Nueva York, Estados Unidos, sor Kathleen fue elegida Superiora General de las Hijas de la Caridad , en la Asamblea General, el 25 de mayo de 2015. Antes de su elección como Superiora General,  había sido miembro del Consejo General de las Hijas de la Caridad, desde junio de 2009 y Visitadora de la antigua Provincia del Noreste de Estados Unidos, con sede en Albany, Nueva York.

Sor Kathleen ingresó en la Compañía de las Hijas de la Caridad en abril de 1973 en Boston, Massachusetts. Había cumplido 46 años de vocación en abril de 2019.

Sor Kathleen sirvió en ministerios de educación, administración, vocación y formación. Sirvió en escuelas en Syracuse, N.Y. (Cathedral School, 1974 a 1975); Bridgeport, Connecticut (St. Ann’s School, 1975 a 1979); Utica, N.Y. (Escuela de Nuestra Señora de Lourdes, 1979 a 1982 y 1985 a 1995); y Wilmington, Del. (St. Peter’s School, 1982 a 1985). También prestó servicios en St. John’s Parish Center en Brooklyn, Nueva York, de 1995 a 2000. También se desempeñó como Hermana sirviente en Brooklyn de 1997 a 1999. La hermana se trasladó al gobierno de la Provincia y residió en Albany hasta su nombramiento en París. en 2009.

Graduada en 1970 de la Utica Catholic Academy en Utica, N.Y., sor Kathleen obtuvo una Licenciatura en Artes Liberales en el Maria Regina College en Syracuse, N.Y., en 1975; licenciatura en literatura inglesa con especialización en educación primaria de la Universidad del Sagrado Corazón en Bridgeport, Connecticut, en 1978; maestría en educación primaria de la Universidad Estatal de Nueva York en Cortland, Cortland, N.Y., en 1984; y Certificación en Dirección Espiritual del Centro para la Espiritualidad en el Trabajo, Denver, Colorado, en 2006.

El 8 de julio de 2019, el Papa Francisco la nombró miembros de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, junto a otras seis superioras generales, siendo la primera vez que se nombraba a mujeres en estas responsabilidades.

Desde hace algunos meses, se sabía que la Madre General estaba afectada por una grave enfermedad, la que ahora provocó su lamentablemente fallecimiento.

 

Falleció Sor Lucía Cancino Droguett

publicado en: Familia Vicentina, Noticias | 0

En la Casa de Hermanas Mayores, Nuestra Señora de la Asunción, falleció a las 4 de la madrugada de hoy, Sor Lucía del Carmen Cancino Droguett, de 93 años. En los últimos días había estado internada en el Hospital San José, pero en la tarde de ayer había sido trasladada a la casa, donde finalmente falleció.

Sor Lucía había nacido en Doñihue, el 10 de junio de 1926. Sus padres fueron Don Oscar Cancino y Doña María Droguett. Es la segunda de cinco hermanos: María, Lucía, Oscar, Inés (también Hija de la Caridad) y Orestes, de los cuales sobreviven los dos últimos.

Ya en la Compañía, hizo estudios de enfermería, durante cuatro años, en el Hospital de Talca. En ese mismo Hospital, en 1954, los médicos le diagnosticaron equivocadamente apendicitis y la operaron. Sin embargo, tenía tifus, que era una enfermedad de alta mortalidad en la época. Se hizo una cadena de oración por ella y se salvó, sobreviviendo por todos estos años, en general con muy buena salud.

Es recordada como una hermana dulce, tierna, delicada y generosa. Trabajó por largos años en el Hospital El Salvador de Santiago , donde se ganó el cariño de todos por su esmerado servicio y por la dulzura de su carácter.

Cuentan que cuando un pobre necesitaba atención médica y ya no había números, ella acudía con tiernos acentos al médico, a fin de conseguir que atendiera a ese pobre: «papito, mijito, necesito un ratito para él (o ella), no alcanzó número»… Ningún médico negó a su petición, sino que la respuesta era: «Espere, Sor Lucía, voy enseguida…»

Pero no sólo los enfermos eran beneficiados por el esmero y la exquisita caridad de Sor Lucía, sino también los funcionarios del Hospital, especialmente los empleados de servicio, los más humildes. Es así como no era raro que alguno de ellos tocara el timbre en la Comunidad diciendo: «Sor Lucía me dijo que pasara al jardín a tomar limones» y «no había cómo decirle que no, ya que lo que mandaba la Madre Lucía era palabra de Dios», comenta una de sus Hermanas Sirvientes. Y agrega: «Ella era todo bondad para los médicos, para los funcionarios… era amor sin medida… Todos la amaban…»

Cuando a Sor Lucía se le diagnosticó anemia y tenía indicado comer carne, muchas veces fue sorprendida guardando su porción de carne, para luego llevarle a uno de los funcionarios más pobres del Hospital. Al ser advertida que ella necesita esa alimentación, contestaba que aquel pobre hombre está todo el día en su lugar de trabajo y nadie se preocupa de él… Y no había Hermana Sirviente que pudiera convencerla de lo contrario, porque además, tenía razón.

Eran innumerables las cosas que podía conseguir para los pobres. Además ella todo lo regalaba, no reservaba nada para sí misma. Por eso cuando alguna vez estuvo enferma y debió guardar reposo por largo tiempo, la gente se las ingeniaba para visitarla y dejarle regalos. Regalos sencillos, pequeños. Regalo de pobres, pero que contenían amor y gratitud.

Cuando los superiores decidieron trasladarla desde el Hospital Salvador a la casa de la Asunción, hubo gran resistencia de parte de los funcionarios del Hospital. Incluso escribieron a Roma, para evitar ese traslado.

Sor Lucía, además cultivó la música y el canto. Y algo muy importante, nunca habló mal de sus hermanas, ni del capellán, ni de los Padres Vicentinos, ni de nadie. Ella sentía una gran veneración por los sacerdotes y especialmente por los capellanes del Hospital. Eso no cabía en ella. A todos trató con dulzura y amor.

 

Misioneros presentes en la II Escuela de Líderes de la Juventud Mariana Vicentina en Punta Arenas

publicado en: Familia Vicentina, Noticias | 0

En Punta Arenas, se llevó a cabo la II Escuela de Líderes de la Juventud Mariana Vicentina de Chile, entre el lunes 20 y el domingo 26 de enero. Además de las fechas de llegada de las comunidades, a partir del viernes 17 en adelante, para la organización. Se ha profundizado en el enfoque de la formación, uno de los pilares de la JMV, para incorporar herramientas que les permitan ejercer un sano y esclarecedor liderazgo en tiempos que corren. Hay que decir que esta experiencia se inició, el año pasado  en Copiapó y ahora se repitió en Punta Arenas. Ambos lugares cuentan con comunidades JMV, que sirven a la Iglesia y a los pobres.

Esta Escuela ha contado con la presencia de la Congregación de la Misión, en la persona del Director Nacional de JMV, P. Álvaro Tamblay y de uno de los Asesores, el P. Gabriel Fuentes, los que han participado activamente en el desarrollo del encuentro. Además, en algún momento se integraron y participaron el Visitador, P. Fernando Macías y el Párroco de San Miguel, P. Pablo Vargas, además de un diácono y los seminaristas, participando en la misa con el Obispo de la Diócesis, Monseñor Bernardo Bastres.

También se contó con la presencia de las Hijas de la Caridad, las que han sido las grandes anfitrionas del encuentro, por el espacio que brindaron como lo es el Colegio La Milagrosa, como también por la participación de la Consejera Nacional, Sor Raquel Argel y otras Hermanas, asesoras de comunidades JMV, y las Hermans de la Comunidad local de HH.CC.

Por su parte el Consejo Nacional de JMV participó en la organización y logística del encuentro, para llevar a cabo el fin de esta Escuela y la Comunidad JMV Punta Arenas  ayudó a concretar estos deseos de organización por ser anfitriones. Participaron comunidades de Copiapó, La Serena, Santiago, Valparaíso y Punta Arenas.

Este espacio de liderazgo ha confrontado parte de los sueños e inquietudes de los jóvenes como también de sus esperanzas y ganas de participar en la transformación del país y de su Iglesia. Ellos son actores vinculantes en el desarrollo de nuevas formas de abordar estas crisis, que han permitido que nazcan formas de liderazgo que incidan en la vida de las comunidades JMV y su entorno, como su sentido de pertenencia a la Asociación.

Esta Escuela ha desarrollado una serie de módulos de formación, en los que se trabajó intensamente en la parte teórica del desarrollo de los cursos, como también de las actividades que propiciaron la participación concreta de su liderazgo, en situaciones de servicio entre los pobres.

Este encuentro tuvo espacios de oración, formación, comunidad, servicio y recreación. Todos ellos marcados por un sello de crecimiento y desarrollo de habilidades personales para sostener la proyección y vida de liderazgo de los jóvenes de la Asociación.

Corresponsal: P. Álvaro Tamblay, C.M.

 

Ver fotos en Instagram

Falleció Sor Bertina Pennanen Muñoz

publicado en: Familia Vicentina, Noticias | 0

En la madrugada de hoy falleció, en la Casa de la Asunción, Sor Bertina Pennanen Muñoz, Hija de la Caridad.

Sor Bertina había nacido en Olmué el 25 de junio de 1929. Sus padres fueron Óscar Pennanen y Rosa Muñoz.

Entró en la Compañía de la Hijas de la Caridad el 29 de mayo de 1948. Hizo su Postulantado en el antiguo Hospital San Vicente de Paúl de Santiago.

Había sido alumna del Colegio Santa Familia, donde cursó sus estudios básicos y medios. Posteriormente se tituló como profesora de Enseñanza Básica.

Ejerció su servicio en obras tales como la antigua Casa de Belén, Tomé, Escuela Pío XII, el Hogar Francés, Chincolco, Escuela Regina Mundi, San Fernando, Hogar Atardecer, Colegio Santa Familia, Casa de la Asunción, Casa Provincial.

Era una Hermana muy educada y siempre sonriente. Era muy servicial y respetuosa con las Hermanas en autoridad. Cultivó profundas amistades con otras Hermanas. También debió enfrentar grandes pruebas por situaciones familiares adversas. Tuvo mucho espíritu de fe.

Sus funerales tendrán lugar este sábado 11 de enero, a las 9.30 horas, en la Capilla Ntra. Sra. de los Rayos de calle Venecia.

 

Reunión de la Familia Vicentina

publicado en: Familia Vicentina, Noticias | 0

Una varias veces postergada reunión sostuvo, este martes 7 de enero el Consejo Nacional de la Familia Vicentina, en la Casa Central de Alameda.

La postergación obedeció a las dificultades para desarrollar actividades en el centro de Santiago, como consecuencia del estallido social producido a partir del 18 de octubre pasado.

En esta reunión se concluyó las actividades de 2019 y se acordó la fecha de inicio de las actividades 2020. Además  se sorteónla rifa, cosa que estaba pendiente.

Al encuentro asistieron todas las ramas que están activas en en el país.

Ver fotos en Instagram

 

 

Fallecen Sor Catalina Sepúlveda y Sor Carmen Suazo

publicado en: Familia Vicentina, Noticias | 0

Con un intervalo de tres horas y media, fallecieron en la Casa de la Asunción y a escasas horas del inicio del nuevo año, este martes 31 de diciembre, Sor Catalina Sepúlveda y Sor Carmen Suazo, Hijas de la Caridad.

Sor Catalina era oriunda de Chillán y su nombre civil era Nemesia. Toda su vida como hija de la caridad, la hizo sirviendo a los pobres enfermos en los hospitales de Rancagua, San Fernando, Concepción, Chillán, Santiago, La Serena y Valparaíso. Desde hace doce años estaba en la Casa de las Hermanas mayores.

Era una Hermana sencilla y humilde muy piadosa y respetuosa y atenta. Su expresión favorita era «unión de oraciones».

Sor Carmen también era oriunda de Chillán. Era una hermana cordial  alegre y muy piadosa. Con 105 años reía siempre y hacía broma a los demas y sobre sí misma. El pasado 27 de noviembre, recibió, de manos del Padre Fernando Macías, la Unción de los enfermos, además de confesarse. Todo lo ofreció por los Padres y las Hermanas.

Durante su vida como hija de la Caridad prestó servicios en los hospitales J.J. Aguirre, San Borja, de Santiago; Deformes y Van Buren, de Valparaíso.

Ambas Hermanas fueron mujeres de Dios y de los pobres, alegres y entregadas, piadosas y con un gran cariño por la Doble Familia de San Vicente.

Sus funerales serán comunicados oportunamente.

Saludo Navideño entre Hijas de la Caridad y Misioneros

publicado en: Familia Vicentina, Noticias, Provincia | 0

Siguiendo una ya antigua tradición, se encontraron este jueves 26 de diciembre, las Hermanas y los Misioneros de las casas de Santiago, para saludarse mutuamente, con motivo de la Navidad. El encuentro tuvo lugar esta vez en la Casa Central de los Misioneros en Alameda. Como siempre, lo primero fue celebrar juntos la Eucaristía, que presidió el Visitador, P. Fernando Macías y luego se tuvo un aperitivo y el posterior almuerzo. al final del almuerzo, preparado por el P. Luis Chávez, tuvo lugar la entrega de los regalos que, cada uno y cada una, trajeron para su amigo secreto. También hubo un rico compartir entre hermanos y hermanas que se quieren bien: hubo risas, conversación, canto de villancicos, alegría y fraternidad.

Esta tradición se remonta al menos a los comienzos de los años 80 y al comienzo se le llamaba «el saludo a los superiores». Posteriormente, se prefirió llamarlo «Saludo Navideño». En los primeros años se juntaba un gran cantidad de Hermanas y varios Padres, hermanos y seminaristas, no sólo De Santiago, sino también de Valparaíso, Quilpué, Rancagua y otros lugares cercanos. De hecho, más de alguna vez, esta encuentro se lo tuvo fuera De Santiago, por ejemplo en Valparaíso y en Quilpué. Hubo algún tiempo en que esta fiesta se replicaba en Valparaíso, donde se reunían las Comunidades de las Hermanas y loa Padres, que vivían y trabajaban en  esa región.

Esta tradición evoca, incluso, algunos hechos históricos em la vida de ambas compañías, como cuando en el año 2000, un grupo de Hermanas que venía desde Valparaíso para participar en este encuentro, que esa vez tendría lugar en la Casa de los Misioneros en Macul, sufrieron un grave accidente automovilístico, en la ruta 68.

Con el pasar de los años, han ido disminuyendo las Hermanas y los Misioneros y dado que al Visitadora de las Hermanas no vive en Chile, se hace difícil la coordinación. Por eso, esta vez, fue una comunidad local de Misioneros la que organizó la fiesta e invitó a los demás, con tal de que la hermosa tradición no muera.

Vea fotos en Instagram

Album 1   Album 2

Falleció Sor Genoveva Tolson Daydi, Hija de la Caridad

publicado en: Familia Vicentina, Noticias | 0

A las 12.03 del mediodía de hoy, jueves 5 de diciembre, falleció en la Casa de  Hermanas Mayores, Nuestra Señora de la Asunción, Sor Genoveva Tolson, que tenía 106 años de edad y 85 años de vocación.

Sor Genoveva había nacido el 18 de mayo de 1913 y había ingresado a la Compañía el 25 de enero de 1934. Su infancia y juventud la vivió en Viña del Mar.

Le asistió en sus últimos momentos el  P. Gerardo Díaz, que a esa hora llegaba a la casa para celebrar la misa cotidiana junto a las Hermanas.

Sor Genoveva es ampliamente conocida, especialmente en la Comuna de Macul, donde por varios años, dirigió la Escuela Regina Mundi y había sido declarada ciudadana ilustre de la Comuna.

Sus funerales, fueron programados para este sábado 7 de diciembre, en que se celebra la misa de exequias, a las 9.30 horas, en la Capilla Nuestra Señora de los Rayos, Venecia 1640, Independencia y luego será sepultada en el Mausoleo Vicentino, en el Cementerio general de Santiago.

Sor María Elena (ése era su nombre civil) Tolson Daydi nació en Viña del Mar, el 18 de mayo de 1913, en el seno de una familia acaudalada, de origen inglés. Su abuelo vino a Chile como Embajador de Gran Bretaña. Lo más seguro es que sus antepasados eran anglicanos.

María Elena era una chica normal, como las hijas de familias acomodadas. Le gustaba la diversión, la vida de sociedad, se relacionaba con jóvenes de su clase. Le gustaba fumar, bailar, salir con chicos, especialmente con cadetes de la Escuela Naval (eran algo así como la élite en la sociedad porteña y viñamarina…)

Todo esto cambió, cuando decidió entrar a la Compañía de las Hijas de la Caridad. Da la sensación de que recibió un llamado muy fuerte de parte del Señor, porque su vida cambió radicalmente. El 25 de enero de 1934, a los 21 años, entró al Seminario de la Compañía y comenzó su vida como Hija de la Caridad. Su adaptación a la vida de Comunidad no debió ser fácil. Según su propio testimonio, todo esto le costó mucho, sobre todo algunas cosas, como el dejar de fumar. Sin embargo, iría creciendo en ella el amor por los pobres, lo que le impulsó a este cambio tan radical.

Su primer destino fue el Asilo Baquedano. Allí se dedicó a servir a niños muy pobres, que habitualmente llegaban muy sucios, descalzos, enfermos, víctimas de una cruel miseria. Ahí aprendió a mar a esos niños y a sufrir por ellos y con ellos. Tenía que luchar constantemente para atenderlos, vestirlos y darles de comer. Compartió con ellos la necesidad y en alguna ocasión durmió en el suelo, cediendo su cama a algún niño, ya que la pobreza era tal que las camas no alcanzaban para todos y debía dormir varios en una cama. A esos niños maltratados y abandonados por la sociedad, dedicó su juventud, las primicias de su vocación de servicio y amor a los pobres.

Posteriormente fue enviada a la Escuela San Fidel, que estaba ubicada en el centro de Santiago. De allí, partió junto con la Escuela a su nueva ubicación en Macul, donde se le cambiaría el nombre para ser denominada Regina Mundi.

En Regina Mundi fue directora, durante 20 años. Se dedicó por entero a esa querida Escuela y a su internado. Ahí creó la Banda y compuso el himno de la Escuela. La Banda llegó a ser muy famosa en los desfiles, en ese entonces en la Comuna de Ñuñoa. Ella desfilaba junto con sus niños, y eran desfiles tan impecables, que la Ilustre Municipalidad de Ñuñoa la condecoró con la Medalla de Oro y la declaró Hija Ilustre de la Comuna. Por aquellos tiempos la llamaban cariñosamente “Juana de Arco”. Algunos también -según supe, la llamaron “la Generala”.

Posteriormente, al crearse la Comuna de Macul, siendo ella un verdadero personaje en el sector, fue declarada Hija Ilustre de esa Comuna, por el alcalde Don Sergio Puyol, gran amigo de la Compañía de las Hijas de la Caridad y de la Familia Vicentina.

Sor Genoveva amó entrañablemente a los niños de Regina Mundi. Siempre tuvo una buena relación con los padres y apoderados, como también con los profesores. Por esa razón, en Macul siempre se la recuerda con cariño, por las varias generaciones que formó. A sus niños los acompañó, muchas veces, por mucho tiempo después que dejaron de ser niños.

Luego fue enviada a Valparaíso, donde fue Directora de la Escuela Lourdes y de su internado. Cuando la Escuela Lourdes se fusionó con la Escuela santa Ana, ella siguió a cargo del internado Lourdes.

Los niños y su formación fueron su gran pasión y su pobreza y postergación fueron siempre su gran dolor.

Sin embargo, supo “reconvertirse”, cuando fue destinada durante nueve años en el Hogar El Atardecer, donde además de hacerse cargo de la administración del Hogar, creo un coro con los ancianos, a quienes les buscó una profesora, ya que ella no era buena para el canto. Personalmente se encargó de confeccionar el vestuario para los integrantes del coro. También creó un taller de manualidades y organizó una presentación de la obra “la pérgola de las flores”, presentación a la que asistió la mismísima Anita González, la Desideria, que había sido la actriz principal, en la puesta en escena original de la obra.

En el Hogar ya no contaba con la vieja y grandota camioneta que tenía en Regina Mundi, que al final hacía andar prácticamente a patadas… Recuerdo haber estado a bordo de esa camioneta, cuando ésta ya no quería andar y la Hermana se bajaba, abría el capó y movía algo (quizá un alambrito) y la camioneta seguía funcionando.

En atardecer, se movilizaba siempre en micro, para realizar todas las gestiones que le correspondía, en su calidad de administradora. Alguna vez, la Hermana Sirviente le preguntó cuántas micros había tomado ese día y ella le contestó que eran algo así como nueve…. Y esto sucedía cuando ella ya tenía más de 80 años.

Sor Genoveva era -como no- una mujer de oración.  Amaba especialmente el rezo del Rosario. Le gustaba hacer rosarios y así sembraba la semilla del amor a la Virgen y de la oración

Además de las obras mencionadas, Sor Genoveva trabajó también ex Casa Provincial de calle Venecia. Sus días, en este mundo, concluyeron apaciblemente, después de una larga vida, en la Casa de la Asunción, este jueves 5 de diciembre.

CdlR, cm

Aniversario de la fundación de las Hijas de la Caridad

publicado en: Familia Vicentina, Noticias | 0

Con una Eucaristía, celebrada en la Capilla de la Casa Ntra. Señora de los Rayos, las Hijas de la Caridad festejaron el aniversario de la fundación Compañía, este viernes 29 de noviembre.

La Misa fue presidida por el P. Carlos de la Rivera, que concelebró con los Padres Álvaro Tamblay y Cristopher Groff. Participaron las Hermanas de las distintas Comunidades de Santiago y también los seminaristas de la Congregación de la Misión.

En la homilía, el Padre Carlos recordó el fin de la Compañía y los medios para llegar a ese fin, destacando especialmente las tres virtudes fundamentales de laHija de la Caridad.

Concluida la Eucaristía, los presentes compartieron un almuerzo festivo.

Ver fotos en Instagram

Con gran participación de fieles se celebró la Fiesta de la Medalla Milagrosa

publicado en: Familia Vicentina, Noticias | 0

Con gran participación de fieles, se celebró este miércoles 27 de noviembre, en la Capilla de las Hijas de la Caridad en calle Venecia, comuna de Independencia, la Fiesta de Nuestra Señora, la Virgen Inmaculada de la Sagrada Medalla Milagrosa. Los festejos consistieron en la celebración de cinco Eucaristía, a las 8.00, 10.00, 12.00, 17.00 y 20.oo horas, en todas las cuales la capilla se vio colmada de participantes.

La Misa de las 8 d ella mañana fue presidida por el P. Luis Chávez. La misa de 10 horas fue presidida por el P. Álvaro Tamblay, con quien concelebró el P. Cristopher Groff y estuvo especialmente dedicada a las comunidades educativas de los colegios vicentinos de Santiago. La misa de las 12 horas fue presidida por el P. Carlos de la Rivera y concelebrada por el Párroco de la Parroquia del sector, Ntra. Sra. de Fátima, Pero. Rafael Ramírez. A las 17 horas volvió a presidir el P. Carlos d ella Rivera y esa misa estuvo dedicada a los enfermos, por lo que se administró el Sacramento de la Unción a una gran cantidad de ellos. Finalmente, la Misa de 20 horas -el broche de oro- fue presidida por el P. Fernando Macías, Visitador de la C.M. en Chile, quien fue acompañado por los estudiantes vicentinos.

Las Hijas de la Caridad de esa Casa y de otras Comunidades De Santiago, animaron la liturgia, el canto, recibieron a los peregrinos y prestaron diversos servicios, junto al personal que trabaja con ellos y a laicos que participan en esa Comunidad.

Durante el día, además se atendió una gran cantidad de confesiones.

Es así como los fieles desafiaron cualquier inconveniente -especialmente los originados por la crisis que vive el país- y llegaron hasta este lugar para celebrar a la Madre del Cielo, agradecerle por los beneficios recibidos gracias a su intercesión y también para pedirle nuevas gracias.