El P. Oscar Núñez nació en la localidad de Las Chacras de la Comuna de la Estrella, Provincia Cardenal Caro, Región de O´Higgins, el 19 de marzo de 1917, hijo de Don Bonifacio Núñez y de Doña Amalia Núñez.
Ingresó a la Congregación de la Misión el 7 de Enero de 1934, en que comenzó su Seminario Interno, n la antigua Casa de Ñuñoa, luego de haber pasado por la Escuela Apostólica. Justo un año después, el 7 de enero de 1935 pronunciaba el Buen Propósito y el 18 de marzo de 1937. De ahí para adelante, recibió la Tonsura en octubre de 1937 y las Órdenes Menores en 1938 y 1939. El 9 de marzo de 1940 era ordenad Subdiácono, el 21 de septiembre del mismo año, recibía el Diaconado y en 2 de diciembre del mismo año era ordenado sacerdote, en la Catedral de Santiago, por el Arzobispo de la capital Monseñor José María Caro Rodríguez, que luego sería el primer cardenal chileno.
De familia campesina fue, por raíz y sangre, un campesino de alma y cuerpo. Lo fue como hombre y como sacerdote, con todas las virtudes y los pocos defectos de la gente de campo. se le podía aplicar al P. Oscar lo que se dice de la extracción campesina de San Vicente.
Sobresalieron en él la sencillez, la humildad, la bondad y la disponibilidad. No había dolo en su corazón. Una madura ingenuidad de hizo conservar siempre el don de la admiración, la capacidad de asombro. Aun que tuvo muchas buenas cualidades -fue proverbial su memoria y fue envidiable su sociabilidad- nunca se dio importancia, ni buscó que se la dieran. Humilde por naturaleza y por virtud, se limitó a ser él mismo. La bondad se le convirtió en sonrisa -mezcla de buen humor y de afabilidad- y en acogida -nunca supo decir no. Se le convirtió, sobre todo y en relación a su vida de comunidad y ministerial, en disponibilidad activa, alegre y pronta. Se pudo contar con él par cualquier trabajo y en cualquier lugar, en forma eventual o duradera. Sólo así se explica la variedad de sus «destinos» y de sus cargos y oficios.
Entre sus ministerios hay que destacar los de MISIONERO -así, con mayúsculas- y Formador (en el Colegio seminario de Ancud y en la Escuela Apostólica e Limache). Los últimos 14 años e su vida los pasó en la Parroquia San Vicente de Paúl de Playa Ancha en Valparaíso, como párroco, entre 1975 y 1981 y el resto del tiempo, como vicario parroquial.
Su primer destino había sido precisamente a la Parroquia de Playa Ancha, en marzo de 1941, trabajando, ene se tiempo como Capelán del Hospital El Salvador y de la Capilla San Pedro de El Membrillo, siendo a la vez vicario cooperador. Permaneció en Playa Ancha hasta abril de 1948, cuando fue enviado a la Casa Central, en Alameda. Entre septiembre de 19149 y marzo de 1950, trabajó en misiones y en marzo de 1951 fue enviado a la Escuela Apostólica de Limache. En marzo de 1955 fue destinado a la Escuela Agrícola de Graneros. En marzo de 1962 fue trasladado a la entonces Parroquia San Vicente de Paúl de Alameda, donde se quedó hasta 1965e que fue destinado a Pichilemu, hasta mayo de 1966, cuando volvió a Alameda. Entre 1968 y 1970, de nuevo estuvo en Valparaíso, donde trabajó n la Parroquia San Vicente y colaboró en la Parroquia Medalla Milagrosa. En noviembre de 1970 volvió a Pichilemu, donde permaneció hasta enero de 1975, fecha en la cual vuelve a Valparaíso para ser párroco de San Vicente de Paúl de Playa Ancha, hasta enero de 1981 y luego permaneció ah{i mismo, como vicario, hasta el día de su muerte, el 10 de enero de 1989.
El P. Oscar Núñez nunca salió de Chile y tampoco nunca fue enviado a hacer cursos de actualización o formación permanente, a pesar de su indiscutible inteligencia.
A fines de 1988 fue internado en el Hospital Carlos Van Buren de Valparaíso, para ser sometido a una operación de próstata. Era la primeras vez que se enfermaba y era hospitalizado, pero él no dio importancia a este hecho. Él hubiese preferido no hospitalizarse, ni operarse. siempre había sido un hombre sano. Sin embargo, complicaciones postoperatorias, lo llevaron a la muerte.
Sus funerales fueron una hermosa manifestación de fe. Fue una multitudinaria manifestación de aprecio y de gratitud. Así se hizo querer y así lo quiso la gente.