Nació el 22 de diciembre de 1920 en el seno de una familia cristiana. Sus padres fueron Don Teodoro Fennis y Doña Maria Sofia Van den Dungen, a quienes el Señor le regalo once hijos.
Guillermo Mateo -adolescente aún- ingresó a la Escuela Apostólica de la Congregación de la Misión, en Helden-Pannigen donde empezaban su formación los misioneros vicentinos Holandeses. Emitió sus votos en la Congregación de la Misión el 20 de septiembre de 1043, siendo ordenado sacerdote el 18 de julio de 1948.
Siendo Visitador de Chile el P. Manuel Godoy y de visita en Holanda, solicitó al Visitador de esa provincia la posibilidad de contar con algunos misioneros holandeses para la pequeña Provincia de Chile, tan carente de personal apostólico. Gracias a la generosidad de la Provincia Holandesa, que dio tantos y buenos misioneros a la Congregación, el P. Guillermo Fennis y el P. Juan Rens llegaron a Chile en el año 1949.
Y así comienza la acción misionera del P. Guillermo. Después de unos meses en la Parroquia San Vicente de Paúl de Playa Ancha, en Valparaíso, para adaptarse al país, fue destinado, en 1950, a la Escuela Apostólica de San Francisco de Limache, donde permaneció durante un año. En 1951, fe enviado nuevamente a la Parroquia San Vicente de Paúl de Playa Ancha, donde se desempeñó como capellán del Hospital del Salvador, dedicándose con gran celo pastoral a la atención de enfermos incurables. Esta hermosa experiencia en el mundo del dolor le marcó para el resto de su vida. En 1954, le correspondió asumir como Superior y párroco en esa misma Comunidad de Playa Ancha.
En 1958, pasó a la Casa de Misiones de Graneros, colaborando con los misioneros que hicieron historia en la Provincia, tales como los Padres Humberto Abarca, Pedro Hahn, Pablo González, Oscar Núñez…
En 1962, el P. Guilermo fue enviado a Macul, en Santiago, donde se inauguraba la nueva Escuela Apostólica. A él le correspondió preparar la fundación de la Parroquia Santa María Reina del Mundo, convirtiéndose en su primer párroco. Posteriormente, también comenzó la tarea apostólica en la Capilla San Sebastián, que se construyó junto a la Escuela Apsotólica. En 1966, asume como Superior de la Comunidad de Macul. En 1967, asume además, el oficio de Ecónomo Provincial.
En 1969, vuelve a Valparaíso, esta vez para asumir como párroco de la Parroquia de la Medalla Milagrosa, sin perjuicio de su oficio de Ecónomo Provincial. Su tercer destino en Valparaíso fue, sin embargo, breve.
En 1971, vuelve a Santiago, como parte d ella Comunidad de la Casa Central y como párroco de la entonces Parroquia San Vicente de Paúl de Alameda, oficio que desempeñó hasta el cierre de esta última, en 1980.
En 1980, el Padre Guillermo regresa a Macul, donde trabajará como capellán y vicario de la Parroquia Santa María Reina del Mundo. En 1985 es enviado a trabajo en La Comunidad de Los Ángeles, pero al año siguiente vuelve a Macul, donde permanece hasta que decide volver a Holanda, cuando su salud se debilitó en exceso. En su tierra natal, falleció el 19 de septiembre de 1989.
El P Guillermo se caracterizó por su bondad natural, su buen corazón sobre todo con los más necesitados, a quienes ayudaba discretamente. Muchos de ellos acudían a nuestro Seminario de Macul, a la hora que fuera, pata hablar con él y lograr un consejo, una palabra de aliento, alguna ayuda económica… y siempre pudieron contar con él.
De diálogo ágil y agradable , el P. Guillermo supo ganarse el corazón de muchas personas. Largas horas de la vida del P. Guillermo fueron dedicadas también a las Hijas de la Caridad y a sus obras. Para muchas de ellas fue su confesor o el director espiritual, que supo orientar, consolar, animar. Siempre se preocupó por el crecimiento vocacional de las Hermanas.
Esta es la estampa de uno de esos misioneros que dejando tierra, hermanos, padres se pusieron manos del Señor y siguiendo el ideal misionero y caritativo de San Vicente de Paúl ofrendaron sus vidas en esta tierra latinoamericana.