Hijas de la Caridad
Historia:
Fueron fundadas en 1633 por San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac, en París (Francia).
Por su dedicación a los más pobres, a los enfermos y a los abandonados, San Vicente quiso que gozaran de libertad de acción y por ello evitó la clausura y el convento. Por esta razón, las hermanas no hacen votos definitivos sino que sus votos son temporales y renovables cada año.
Se hallan extendidas por todo el mundo y desarrollan su actividad en los lugares más pobres y junto a los más necesitados.
Las Hijas de la Caridad en fidelidad a su bautismo y en respuesta a una llamada de Dios se entregan por entero y en comunidad al servicio de Cristo en los pobres, con un espíritu evangélico de humildad, sencillez y caridad.
Un mismo amor anima y dirige su contemplación. Las hermanas contemplan a Cristo en el corazón y en la vida de los pobres, donde su gracia no cesa de actuar para santificarlos y salvarlos. En una mirada de fe ven a Cristo en los pobres y a los pobres a Cristo y le sirven en sus miembros dolientes con dulzura, compasión, cordialidad, respeto y devoción.
Las Hijas de la caridad están presentes en Chile desde el 15 de marzo de 1854, sirviendo a los pobres de Iquique a Punta Arenas.