Exhortación al Superior General
Muy honorable Padre, el Señor le ha elegido como sucesor de nuestro padre, SanVicente de Paúl, y pastor de nuestra Pequeña Compañía.
Recuerde la misión que las Constituciones encomiendan a su oficio: gobernar la Congregación con tal cuidado que el espíritu y el carisma de nuestro fundador permanezcan siempre vivos en la Iglesia.
Sea siempre un ejemplo de virtud para nosotros, para que la caridad hacia todos y la auténtica humildad brille entre nosotros y nos hagan agradables ante Dios y la humanidad.
Manténgase libre de las ataduras del mal, viva con mortificación y rectitud para que su juicio sea siempre claro y todos sean edificados por su integridad.
Sepa templar la dulzura con la resolución, la justa indulgencia con la severidad, para que la caridad del Señor Jesús se manifieste en todas las cosas.
Soporte con fortaleza de espíritu las debilidades de muchos. Perseveré constancia ante la adversidad, no confié en sus propias tuerzas sino en el amor y la gracia de Dios.
Aférrese a la recta doctrina; sea sabio en sus juicios y prudente en sus decisiones.
No confíe en sus fuerzas, sino en el amor y en la gracia de Dios; esté abierto a la luz de la verdad y sea proactivo en el espíritu para que pueda acompañar a los que se le han confiado.
Recuerde siempre que ha sido elegido para guiarnos, para que podamos seguir creciendo en nuestra vocación común, perseverar en nuestro ministerio vicentino y ser más inspirados “para imitar a Cristo, el Señor, e imitar sus virtudes, así como lo que hizo por la salvación de los demás». (fr. Reglas Comunes, 1)
Dios, que comenzó en usted la obra buena, El mismo la lleve a término. Amén.
P. Giuseppe Guerra, C.M.