La Oficina para las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice dio a conocer la mañana del viernes, 13 de junio, a las 9.00 horas, en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico Vaticano, que el Papa León XIV decretó que el beato Pier Giorgio Frassati, junto con el beato Carlo Acutis, serán inscritos en el Registro de los Santos el domingo 7 de septiembre de 2025; mientras que la beata Vicenta María Poloni, será inscrita en el Registro de los Santos el domingo 19 de octubre de 2025.
¿Cuál es el milagro por el cual Vicenta Poloni subirá a los altares?
La señora Audelia del Carmen nació el 4 de diciembre de 1943. El presunto milagro ocurrió en el Hospital Víctor Ríos Ruiz de Los Ángeles (Chile) el 16 de diciembre de 2013. La paciente había sido hospitaliza del día anterior para hacerle una colecistectomía laparoscópica. La intervención comenzó a las 18:35 horas de ese 16 de diciembre con la habitual anestesia y neumoperitoneo, necesario para la hacer la laparoscopía. Sin embargo, se complicó por la ruptura de la aorta abdominal, situación de extrema gravedad. Se procedió entonces a una operación de urgencia a tajo abierto. Lamentablemente se produjo una profusa hemorragia con shock hemorrágico que obligó a una abundante transfusión de sangre.
Ante esta nueva dificultad y no contando el Hospital Ríos Ruiz con un médico cardiovascular, se recurrió de urgencia al doctor Luis Rodrigo Urrea Correa, que se encontraba en el Hospital Las Higueras de Talcahuano a 154 km de distancia. El doctor Urrea llegó a las 23:30 horas y comenzó su intervención, consistente en la instalación de una prótesis aórtica. La doble intervención –colecistectomía e instalación de prótesis aórtica–, sumada a la abundante hemorragia, fue seguida por varias complicaciones cada una de ellas por separado potencialmente letales y más aún todas juntas: shock hemorrágico, síndrome de stress respiratorio, coagulación intravascular diseminada, insuficiencia multiórgano, hemoperitoneo, absceso abdominal de enterococo, pulmonía de Acenobacter, traqueo bronquitis por pseudomonas. La probabilidad de mortalidad era cercana al 100%. En ese momento se llamó a la familia de la señora Audelia para que se despidieran de ella, pues se esperaba su deceso en cualquier momento.
Desde su hospitalización y sobre todo en esos momentos críticos muchas personas recurrían a orar ante la imagen de la Beata Vicenta María, instalada en el frontis de la casa de las Hermanas de la Misericordia en Quilleco, y otras, contactadas por teléfono, pedían a la Beata la salud de la señora Audelia. La enferma, de modo inexplicable para todos, se recuperó y, después de un tiempo en el hospital, fue dada de alta el 31 de enero de 2014 y volvió a su casa a conducir su vida normal, sin secuelas. Sucesivamente, no ha dado muestra alguna de problemas de salud.
Todo esto fue ampliamente documentado por testigos, especialmente médicos, durante la investigación llevada adelante por el Pbro. Tiziano Bonomi. El contacto con los médicos fue facilitado por el Pbro. Tomás Riffo, capellán del Hospital en el cual ocurrió el presunto milagro. La investigación concluyó con una ceremonia solemne presidida por el Obispo Mons. Felipe Bacarreza el 5 de marzo de 2018. En esa ocasión se dio gracias a Dios por los trabajos realizados y se procedió a sellar las cajas con los documentos: tres cajas respectivamente con tres ejemplares de todos los documentos. Estos documentos fueron presentados a la Congregación para las Causas de los Santos, que los examinó minuciosamente por varios especialistas, que finalmente emitieron un parecer sobre la veracidad del milagro.
¿Pero quién es Vicenta Poloni?
Luisa nació en Verona en el seno de una familia que vive del comercio de comestibles y herboristería. Última de 12 hermanos, de los cuales 9 murieron a tierna edad, Luisa creció en un clima familiar de sólidos principios religiosos y de un estilo de solidaridad hacia los más débiles (su padre pertenecía a la Asociación cívica conocida como “La Fratellanza”, que tenía como misión ayudar a las necesidades que se desprendían de los choques entre los soldados franceses y austriacos que sucedían por aquel entonces). De sus padres recibió el sentido de la fe, de la oración y del trabajo y recibió un grado de instrucción adecuado a su condición social.
Joven de abierta y vivaz ingenio, fue el brazo derecho de su madre en el cuidado de la casa, se entregó a la educación de los numerosos sobrinos, la asistente pronta de una cuñada a menudo enferma y la ayuda principal en el negocio del padre. Tras la muerte del padre, graves problemas económicos desequilibraron a la familia. Luisa entonces se puso a llevar la administración económica de la familia, sin descuidar la asistencia como voluntaria, en la Institución del Asilo de ancianos de la ciudad.
Bajo la dirección espiritual del beato Carlos Steeb su corazón buscaba las llamadas del Espíritu Santo que la conducían siempre a una mayor dedicación a la personas ancianas y enfermos crónicos. En 1836, durante una terrible epidemia de cólera, dio prueba de abnegación poniendo en peligro su vida por los enfermos.
El sacerdote Beato Carlos Steeb, su director espiritual, que la apreciaba mucho y confiaba en sus cualidades, le dijo: “Hija mía, el Señor la quiere Fundadora de un Instituto de Hermanas de la Misericordia, ninguna dificultad la atemorice o la detenga, para Dios nada es imposible”. Luisa, segura de que su camino, ya marcado por una caridad insomne, va hacia un designio que solo Dios conoce, con sencillez y confianza filial en el Padre misericordioso, contesta: “Yo soy la más incapaz de todos pero el Señor se sirve, a veces, de los instrumentos más débiles para llevar a cabo sus designios: que se cumpla su voluntad”.
El 2 de noviembre de 1840, Luisa Poloni, avalada y acompañada por el padre Carlos Steeb, inicia el Instituto de Hermanas de la Misericordia. Su servicio humilde y precioso a las personas ancianas y a los huérfanos abandonados, encuentra su más alta expresión en el servicio de Madre y Maestra de numerosas jóvenes que, imitando su ejemplo, aprenden a donar en la humildad, sencillez y caridad su vida a Dios como hermanas de la Misericordia. Luisa Poloni, que al emitir los votos religiosos toma el nombre de hermana Vicenta María, por San Vicente de Paúl.
La Madre Vicenta María, en los 15 años que vivió después de la fundación del Instituto, ejerció con celo admirable su misión de asistencia a los ancianos, enfermos y niños huérfanos. Con la sabiduría que derivaba de su temperamento, de su experiencia de vida en familia y sobre todo de su fidelidad al Espíritu, rigió la Comunidad que, se iba expandiendo.
Con el ejemplo de vida y con la enseñanza, recomendaba a sus hijas la rectitud en el actuar, la ternura hacia los enfermos, la paciencia en las tribulaciones, la humildad en reconocer los propios errores, la caridad hacia el prójimo, sobre todo hacia los pobres. A menudo decía: “Los pobres son nuestros jefes: amémoslos y sirvámosles como serviríamos al mismo Jesucristo en persona”.
Soportó con fe y confianza en la divina Providencia dificultades y sacrificios. Cultivó la oración, el amor a la Eucaristía, la devoción a la Dolorosa, a los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Tuvo una especial devoción por San Vicente de Paúl, el santo en el que Carlos Steeb se inspiró para redactar la Regla para el Instituto que acababa de nacer.
En los últimos años de su vida se le desarrolló un tumor que, lentamente la consumía. Soportó el dolor en silencio para no ser un peso para las hermanas. Se sometió a una operación quirúrgica y la cura dolorosísima sin anestesia. Pasó los últimos 10 días de vida en edificante preparación a la muerte, confortada por su director espiritual, don Carlos Steeb, que le suministró la Unción de los enfermos; murió dejando como último testamento de su afecto hacia sus hermanas una sola cosa: La caridad.
Instituto Hermanas de la Misericordia de Verona, fundado el 2 de noviembre de 1840 en Verona, Italia, por el beato Carlos Steeb, y la Madre Vicenta María Poloni, el Instituto Hermanas de la Misericordia de Verona tiene como carisma honrar a Nuestro Señor Jesucristo, sirviéndolo corporal y espiritualmente en las personas de los pobres, niños, jóvenes, ancianos, enfermos, encarcelados y abandonados, mediante sus actividades y obras en escuelas, parroquias, hospitales, asilos para ancianos, salas de primeros auxilios en barrios necesitados, cárceles. San Vicente de Paul y San Francisco de Sales son patronos del Instituto.
Su lema es “La caridad de Cristo nos urge”.
Están presentes en Europa, África y América Latina.
Había sido beatificada por SS Benedicto XVI el 21 de septiembre de 2008, en Verona (Italia).
P. Mario Villar, CM.