El Padre Santiago Rojas Donoso nació en Valparaíso, el 25 de abril de 1908. Sus padres fueron Don Daniel Rojas y Doña Clara Donoso.
Fue admitido en el Seminario Interno de la Congregación el 6 de marzo de 1931; hizo el Buen Propósito 17 de marzo de 1932 y emitió los Votos el 7 de marzo de 1933. Fue ordenado diácono el 13 de marzo de 1937 y presbítero el 18 de diciembre de 1937.
Apenas ordenado fue destinado a la Casa de Playa Ancha, en Valparaíso, donde ofició de vicario en la Parroquia san Vicente de Paúl. En 1947, es trasladado a Limache, a la Escuela Apostólica San José, donde ejerce el oficio de Superior. En 1951 vuelve a Valparaíso, nuevamente como Vicario, pero con especial encargo del cuidado de la Capilla-Santuario de la Medalla Milagrosa, en la parte alta de Playa Ancha. Los años 1957 y 1958 ejerce como superior y párroco en Playa Ancha, pero luego cederá esos oficios al P. José Bogliolo, continuando con encargo especial en La Milagrosa, hasta que en 1962 se erige la Parroquia de la Medalla Milagrosa y él se convierte en el primer párroco. A comienzos de 1965 es destinado a la nueva obra que se asumía en Picihilemu, convirtiéndose en el primer superior de dicha comunidad y párroco de la Parroquia de la Inmaculada Concepción, donde permanece hasta 1967, en que es trasladado a la Casa Central, en Santiago, ubicada por ese entonces en la calle Vergara 50. En esa casa desempeña el oficio de capellán.
En 1974 vuelve a Valparaíso y se hace cargo de la Parroquia Nuestra Señora de Puerto Claro, en el Cerro Toro de esa ciudad, quedando adscrito a la Comunidad de Playa Ancha. Por ese tiempo, también se hace cargo temporalmente de su antigua Parroquia de la Medalla Milagrosa, que desde 1971 estaba confiada al clero diocesano.
El P. Santiago fue conocido por su carácter jovial, por su buen humor y por su laboriosidad. En Playa Ancha, especialmente en la Parroquia Medalla Milagrosa, se le recordó siempre por su empuje para levantar esa comunidad e incluso en la construcción del templo, en la que él participó mano a mano con los obreros.
La muerte lo sorprendió cuando estaba dedicado a esa segunda parroquia del Puerto, a la que se entregó por entero, la Parroquia de Puerto Claro. Una repentina y corta enfermedad lo arrebató de esta vida, cuando tenía 72 años, el 8 de enero de 1980. Sus funerales, que contaron con una numerosa concurrencia, fueron testimonio del cariño que este valioso sacerdote vicentino despertó tanto entre los fieles de las parroquias que pastoreó, como en los cohermanos y en el clero de Valparaíso.