Con la Iglesia repleta de fieles, la Congregación de la Misión puso fin a 11 años de presencia en las Tierras Fueguinas.
Acompañaron al Padre Alejandro Fabres, C.M. Quien ofició como párroco durante estos seis años, el padre Gastón Otárola, Provincial, el padre Fernando Macías, Asistente y el Obispo diocesano, Monseñor Óscar Blanco.
El obispo Blanco agradeció a la Congregación de la misión su presencia en este espacio tan austral. A su vez, el padre Gastón explicó a la comunidad el motivo por el cual la congregación de la misión salía de este espacio. Ambos instaron a rezar y trabajar por las vocaciones al sacerdocio para que haya obreros para la mies.
Finalmente, el padre Alejandro se despidió de su feligresía, dando una cuenta pública de lo que había sido su gestión en estos seis años. Las obras logradas en el plano material, espiritual y social. Agradeció a todos quienes lo ayudaron a ayudar, y se encomendó a sus oraciones, diciendo que «no es un adiós sino un hasta pronto, porque la misión y Jesucristo siempre nos mantendrán unidos».
Finalmente, su comunidad se despidió de él, entregándole varios presentes en representación de las fuerzas vivas de la comuna, la municipalidad, el sindicato del Colegio María Auxiliadora, las comunidades eclesiales y el colegio de profesores entre otros.
Al son de la Canción del Adiós, se concluyó de forma emotiva esta hermosa celebración, que demostró el cariño y la gratitud de los años servidos por el padre Fabres en la Provincia de Tierra del Fuego y de la presencia de la Congregación en dicha zona.