El Papa bendice imagen de la Virgen de la Medalla Milagrosa

A 190 años de las apariciones de la Virgen a Santa Catalina Labouré, por iniciativa de los hijos  de San Vicente, la imagen de la Virgen de la Medalla Milagrosa comenzará el próximo 1 de diciembre una peregrinación entre las regiones italianas, hoy particularmente marcadas por el sufrimiento y la pobreza causados por la pandemia. Dando inicio, simbólicamente, a este viaje de fe, el Santo Padre bendijo esta mañana en el Vaticano la «Sagrada efigie de la Bienaventurada Virgen Inmaculada de la Medalla Milagrosa», ante la presencia del Superior General de la Congregación de la Misión, Padre Tomás Mavrič.

Por su parte, el Padre Valerio Di Trapani, C.M., superior del Colegio Apostólico Leoniano de Roma y Asistente nacional de los Grupos de voluntarios vicentinos, quien además es el coordinador de la iniciativa denominada «María Peregrina» explicó el significado de este gesto del Papa Francisco.

El Padre Valerio Di Trapani afirmó que  la bendición de Francisco es un verdadero envío en esta misión, que durará al menos un año, que llevará la imagen de «María peregrina» a las comunidades y parroquias de toda Italia que quieran acogerla. Es una misión con la que María continúa la que comenzó con las apariciones de 1830: la Virgen visita a su pueblo, lo bendice y nos recuerda que siempre estará con nosotros. “Me parece significativo y consolador en este tiempo de pandemia que María, Madre de la Iglesia, y con ella podríamos decir toda la Iglesia, no se aleje de su pueblo, sino que permanezca cerca de los que están en juicio”

Y recordó que María intervino en esa historia diciendo: «Estoy contigo, te amo y si vienes a mí encontrarás consuelo». Así que fue la Virgen quien se acercó a la Familia Vicentina para ayudarla y hoy la Virgen peregrina continúa esta acción para ayudar a su pueblo.

El Padre Valerio Di Trapani explicó que los vicentinos no piensan hacer una propuesta propia a la Iglesia, sino simplemente responder a la propuesta que María hizo a su comunidad y, en particular, a las Hijas de la Caridad, a la que pertenecía Santa Catalina. Tras recordar que la historia de la Medalla Milagrosa y de las apariciones muestra que fue María quien incitó, instó, a  Catalina Labouré quien confió tímidamente todo a su director espiritual, añadió: “De la misma manera, en este año difícil no somos los creadores de esta iniciativa, sino que nos limitamos a responder a la llamada de María de hace 190 años que la Virgen sigue dirigiendo hoy en día. Hoy sentimos que este tiempo de prueba es una oportunidad para decir que Dios está con nosotros, en medio de nosotros, y la Virgen María nos abre el camino para encontrarnos con Cristo y el Padre”

En cuanto a su mensaje a Santa Catalina María el Padre Valerio Di Trapani destaca que fue dirigido especialmente a los jóvenes y a los pobres, por lo que quieren reafirmar, una vez más, que “María, el Señor, está cerca de los jóvenes, de los pobres y, por supuesto, de toda la Iglesia en este tiempo de particular fragilidad”

Además, el Padre Valerio Di Trapani destacó que San Vicente de Paúl decía que su vocación era encender el corazón de los hombres, llevar esa llama de amor que Dios ya ha derramado en los corazones. Y añadió: “Creo que cuando hace dos siglos María eligió una Hija de la Caridad, por lo tanto una Hermana Vicentina, quiso elegir entre aquellos que en su misión traen consuelo, ayuda, apoyo y consuelo a los pobres”

De ahí que para los vicentinos estas palabras de María sean una nueva llamada a anunciar el Evangelio a los pobres y – en este momento – a anunciar el Evangelio a la gente que vive en la desolación también por lo que está pasando. “Pero más allá de la pandemia, queremos subrayar que Dios siempre está con nosotros, María siempre está con nosotros. Queremos repetir esto a todas las personas: en primer lugar, a los últimos, a los más pobres, a los más abandonados, a los más probados en este tiempo en que la pobreza crece”

Evidentemente, explica, también se tendrá en cuenta las medidas sanitarias, puesto que su objetivo es mostrar cómo la efigie de María se acerca a las comunidades con mayores dificultades: a los lugares de sufrimiento, a los hospitales, a las casas de reposo, a los centros de atención, de ayuda y de apoyo a los pobres. La peregrinación quiere expresar a «María que se acerca», con la mayor simplicidad. Y concluye: “Los gestos serán muchos, las iniciativas serán numerosas: partiremos de Roma y luego bajaremos a Campania, Calabria, Sicilia y posteriormente subiremos a Apulia hasta llegar a todas las regiones italianas que ya están, con entusiasmo, aceptando esta invitación. Porque cuando María llama al Pueblo de Dios siempre responde con tanta generosidad y alegría”

Fuente: vaticannews.va

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