Carta del Superior General con motivo del Día del Buen Pastor

El superior General de P. Tomaž Mavrič, ha enviado la siguiente carta dirigida a todos los miembros de la Congregación, con motivo del próximo Domingo del Buen Pastor, Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones:

 

Roma, 27 de abril de 2020

 

Domingo del Buen Pastor
Día Mundial de las Vocaciones 2020

Queridos cohermanos,
¡La gracia y la paz de Jesús estén siempre con nosotros!

Cada año en el Cuarto Domingo de Pascua, también llamado Domingo del Buen Pastor, celebramos el Día Mundial de las Vocaciones. En la carta de este año para el Día Mundial de las Vocaciones 2020, el Papa Francisco reflexiona sobre cuatro palabras: gratitud, estímulo, fatiga, y alabanza.

Como recientemente celebramos Cuaresma, Semana Santa, y Pascua de forma muy diferente a causa de las condiciones extraordinarias que estamos experimentando en el mundo, relacionadas con el COVID-19 coronavirus, tal será también el caso para el Día Mundial de las Vocaciones 2020. A la luz de la carta del Papa Francisco para el Día Mundial de las Vocaciones, debemos reflexionar, actuar, y vivir la situación en la que el mundo de hoy nos coloca. Así, sus palabras se convierten en un faro para responder a las presentes circunstancias, así como para prepararnos a afrontar el tiempo y la realidad después del COVID-19 coronavirus, teniendo especialmente en la mente la promoción vocacional.

Pasemos de los pensamientos de desánimo y fatiga a los de gratitud y alabanza. Es la gratitud de ser llamado por el Maestro de Nazaret para encontrar plenitud en la vida, para ser mirado por Jesús, para experimentar un encuentro ojo-a-ojo con el Amor de mi vida. Como el Papa Francisco escribe en su mensaje, “Toda vocación nace de esa mirada de amor.” Él continúa para afirmar, “Jesús danos el entusiasmo que necesitamos para vivir nuestra vocación con alegría y fervor.”

Desde el 19 de noviembre hasta el 1 de diciembre de 2018, unos 75 cohermanos de cada provincia, vice-provincia, región y misión internacional participaron en el Primer Encuentro Internacional de Ministros de Promoción Vocacional. Se reunieron en el Centro Internacional de Formación (CIF) en la Casa Madre de la Congregación de la Misión en París y compartieron la alegría de la vocación misionera vicenciana.

En el Documento final de aquel encuentro, los cohermanos expresaron una opción clara por una “Cultura Renovada de las Vocaciones,” cuya opción cuando se experimenta y se vive desde el Evangelio, revitaliza nuestra pasión para seguir a Jesucristo, evangelizador de los Pobres (un seguimiento de Cristo en cada aspecto de nuestras vidas). De esta forma, podemos desarrollar una actitud, una sensibilidad, y una pedagogía que nos ayudará a poner en marcha un estilo de vida que favorezca el establecimiento de una cultura de las vocaciones en cada una de nuestras comunidades locales y eso, al mismo tiempo, nos permitirá cultivar una Espiritualidad Vicenciana del ser llamado. El celo, el fuego, la convicción, y el compromiso expresados en el Documento Final por los cohermanos oficialmente responsables para la promoción vocacional deben estar continuamente alimentados en cada provincia, vice-provincia, región, y misión internacional y en los corazones, las mentes y las obras de cada cohermano de la Pequeña Compañía.

Desde la mirada de Jesús, que nos da el entusiasmo que necesitaos para vivir nuestra vocación con alegría y fervor, sigue la consecuencia lógica de que cada uno de nosotros hará todo lo que está en su capacidad para ayudar a esos jóvenes a quienes Jesús está llamando a la vida consagrada, a nuestra Pequeña Compañía concretamente, para responder positivamente a su llamada. Si cada uno de nosotros, por la misericordia de Jesús, invita incluso a un joven a entrar en la Congregación, acompañándole con la oración y el ejemplo personal, y apoyándole directa o indirectamente a lo largo de las distintas etapas de formación, nuestra Pequeña Compañía crecerá en santidad y en miembros. Esto es posible, porque para Jesús nada hay imposible.

En medio de la pandemia COVID-19 estamos experimentando la gratitud porque nuestra llamada personal fluye en alabanzas y da lugar a nuevas iniciativas, decisiones, y caminos que cultivarán la cultura de las vocaciones y, como parte de ella, la promoción vocacional. La presente limitación de encuentros personales con las gentes está estimulando nuevas ideas y actitudes que nos mantienen en contacto con los jóvenes a través de la oración personal y comunitaria por las nuevas vocaciones; organizando encuentros de oración, discernimiento vocacional y retiros on-line; participando en la Eucaristía y Adoración del Santísimo Sacramento a través de streaming; compartiendo materiales de formación con la juventud, etc. Es una fuente profunda de alegría ver la inventiva, el celo, el fuego, y la convicción de tantos cohermanos en este campo de la promoción vocacional, que es una de las prioridades claras de la Congregación.

¡Me gustaría agradecer profundamente a todos los cohermanos directamente responsables de la promoción vocacional en cada provincia, vice-provincia, región, y misión internacional, juntamente con el equipo de colaboradores entre los sacerdotes, hermanos, y seminaristas, así como entre los laicos, por todo su maravilloso servicio y testimonio! También me gustaría agradecer profundamente a todos los Visitadores, Superiores Regionales, y Superiores de las Misiones Internacionales por su gran apoyo personal a todos nuestros cohermanos, así como el estímulo para participar activamente, de cualquier forma posible, en esta llamada común.

Si, por cualquier razón, una provincia, vice-provincia, región, o misión internacional no tiene todavía un cohermano responsable principalmente de la promoción vocacional, apoyado por un equipo de colaboradores con un plan anual que ayude a dar pasos regulares y concretos en esta dirección, quisiera animarles, en este preciso momento, a pedir a un cohermano hacer de este servicio su principal ministerio, con frecuencia además de otros servicios que tiene.

Las palabras conclusivas del Documento Final del Primer Encuentro Internacional de Ministros de la Promoción Vocacional en la Casa Madre de París, en 2018, dice lo siguiente:“Estamos convencidos que la cultura de las vocaciones representa el sueño y la misión de nuestro Fundador, porque sabemos que se multiplicarán los trabajadores, atraídos por el perfume de tal caridad” (CCD III, 258; carta 1002 a Étienne Blatiron, Superior en Génova, 13 diciembre 1647).

Me gustaría concluir esta carta citando el final del mensaje del Papa Francisco para el Día Mundial de las Vocaciones 2020:

Queridos amigos, particularmente en esta Jornada, como también en la acción

pastoral ordinaria de nuestras comunidades, deseo que la Iglesia continúe promoviendo las vocaciones. Que toque el corazón de los fieles, para que cada uno pueda descubrir con gratitud la llamada de Dios en su vida, encontrar la valentía de decirle “sí” a Dios, vencer la fatiga con la fe en Cristo y, hacer de sus propias vidas como un cántico de alabanza a Dios, a los hermanos y hermanas, y al mundo entero. Que la Virgen María nos acompañe e interceda por nosotros.

 

Su hermano en San Vicente,

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Tomaž Mavrič, CM
Superior General

 

 

 

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